La Cátedra Timac AGRO para una nutrición agraria sostenible presenta su plan de acción en la UCO

La mesa inaugural del acto de presentación de la Cátedra Timac Agro – UCO para una nutrición agraria sostenible

La convocatoria de ayudas y premios para fomentar la investigación sobre la nutrición de las plantas será una de las acciones de la Cátedra Timac AGRO – UCO que se ha presentado en el Salón de Actos del Rectorado de la UCO

La búsqueda de una nutrición adecuada de las plantas con el menor impacto medioambiental es la base para sostener a la población mundial sin afectar a los recursos medioambientales. Es también el reto de la Cátedra Timac Agro para una nutrición sostenible, que nace de la colaboración entre la empresa Timac Agro y la Universidad de Córdoba.

El Salón de Actos del Rectorado ha acogido la presentación en sociedad de esta cátedra y de su plan de acción en un evento que ha contado con la presencia del vicerrector de Investigación y Desarrollo Territorial de la UCO, Enrique Quesada; el director general de Timac AGRO, Ricardo Llátser; la segunda Teniente Alcalde y delegada de Reactivación Económica e Innovación del Ayuntamiento de Córdoba, Blanca Torrent; el catedrático de la Unidad de Excelencia María de Maeztu – Departamento de Agronomía (DAUCO) y director de la cátedra, Javier Romera, y el investigador del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas UPM – INIA, Álvaro Eseverri.

La materialización de la colaboración entre empresa y universidad en esta cátedra para una nutrición agraria sostenible tiene como objetivo crear sinergias entre ambas instituciones para “fomentar y divulgar aquellos aspectos de la nutrición de las plantas que permitan una adecuada nutrición con el menor impacto medioambiental posible” como ha recordado su director Javier Romera.

En esta línea, se fomentará la investigación sobre nutrición mineral mediante la convocatoria de becas para la realización de Trabajos Fin de Máster (TFM) relacionados con la nutrición de las plantas y un premio nacional a la mejor Tesis sobre nutrición mineral sostenible. Además, se celebrarán en septiembre unas jornadas sobre manejo ecológico del suelo.

Los asistentes a este acto de arranque han resaltado la necesidad de profundizar en la investigación y la transferencia del conocimiento, teniendo en cuenta que “el apoyo de las empresas es una apuesta por nuestro potencial agroalimentario” como ha señalado Blanca Torrent.

El acto, que se ha retransmitido también de manera virtual, ha contado con la conferencia “Una aproximación mediante biología sintética para introducir la capacidad de fijar nitrógeno en cereales», del investigador Álvaro Eseverri del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas UPM – INIA en la que ha abordado la búsqueda de alternativas a los abonos nitrogenados.

En concreto, ha presentado la investigación que lleva a cabo su grupo en la que tratan de introducir genes para que los cereales puedan fijar nitrógeno y ser más productivos sin la necesidad de fertilizantes nitrogenados, que tienen efectos negativos como la contaminación que generan o el alto coste que los hace inaccesible en países pobres.

Enrique Quesada ha calificado esta investigación como “una auténtica revolución, ya que lo que se intenta es hacer que las plantas produzcan más en zonas donde no hay recursos y eso es hacer frente al hambre”.

La excelencia ha sido uno de los pilares básicos de la puesta en marcha de esta cátedra ya que, para el director general de Timac AGRO, la empresa “busca la excelencia y nos gusta unirnos a instituciones excepcionales como la Universidad de Córdoba y su Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agrolimentaria y de Montes (ETSIAM)”.

Los problemas relacionados con la nutrición de las plantas no están resueltos y hay muchos desafíos por delante a los que esta cátedra tratará de hacer frente.

PROYECTO ARISTOIL|Un estudio cuantifica los compuestos fenólicos de más de 3.000 muestras de aceite de oliva

Más de 3.000 muestras de aceite han sido empleadas en este estudio

El proyecto Aristoil ha establecido un decálogo de buenas prácticas para incrementar los polifenoles, compuestos ‘estrella’ del aceite de oliva virgen que contribuyen a sus propiedades saludables y antioxidantes

España es el mayor productor y exportador de aceite de oliva a nivel mundial. Por eso, la importancia que este producto tiene para la economía nacional, y más aún para la andaluza, es indiscutible. En este sentido, proyectos como el Aristoil del Programa Interreg-Med de la Unión Europea son especialmente valorados por el estudio de componentes que refuercen la competitividad del sector del aceite.

Precisamente, uno de estos componentes son los polifenoles, compuestos estrella en el aceite de oliva virgen, que contribuyen a sus propiedades saludables y antioxidantes y a la creación de una barrera contra enfermedades cardiovasculares.

En este sentido, el proyecto de investigación Aristoil, en el que ha participado la Universidad de Córdoba (UCO), ha estudiado más de 3.000 muestras de productores a lo largo de tres campañas y ha concluido que una alta proporción destaca por su contenido fenólico.

Entre los factores más importantes que afectan al contenido fenólico se han identificado la variedad, la recolección o la priorización de la producción de AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra). Todo ello se ha materializado en un decálogo donde se indican las prácticas que ayudarán a incrementar el contenido fenólico en el aceite.

El contenido fenólico no es un determinante de la calidad del aceite, pero sí es un diferenciador que puede aportar valor añadido en lo referente a sus propiedades saludables. “Son unos compuestos minoritarios que se encuentran exclusivamente en el AOV (Aceite de Oliva Virgen) y en el AOVE”, explica el profesor Feliciano Priego, responsable del proyecto en la UCO.

La importancia de caracterizar estos fenoles, precisamente, radica en que son la única fracción del aceite de oliva virgen que tiene reconocida una declaración saludable específica en el Reglamento Europeo 432/2012 avalada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

Esta declaración se puede usar en el etiquetado siempre y cuando el producto tenga un contenido de compuestos fenólicos superior a 250 mg/kg, lo que supone un argumento útil para su comercialización.

“Son muchos los productores que han participado en el proyecto porque a cambio recibían un certificado gratuito del contenido fenólico de su aceite”, añade Priego. Esto es especialmente relevante para exportadores, ya que en muchos países les piden un informe con la analítica para evaluarlo. De hecho, algunos de estos agricultores han realizado modificaciones a nivel de proceso para intentar mejorar el contenido fenólico en su producto.

El proyecto Aristoil, en el que han participado cinco países mediterráneos productores de aceite de oliva -Grecia, Chipre, Croacia e Italia, además de España-, ha investigado también el momento en el que el aceite deja de perder esas propiedades saludables, algo que viene condicionado por el perfil fenólico inicial del producto.

“El aceite es un producto vivo y hemos podido comprobar cómo existe una caída fenólica de entre un 40 y un 80% durante los primeros doce meses después de su producción”, indica el investigador principal del proyecto en la UCO, quien también apunta que “hay determinados aceites que tienen mayor probabilidad de que el valor saludable se prolongue”.

Por otro lado, el proyecto también ha incidido en la transferencia a los productores, a los que se les ha explicado la importancia de estos fenoles en la calidad y la competitividad del producto y los aspectos que permiten obtener un aceite virgen extra saludable.

El proyecto Aristoil – “Enforcement of Mediterranean olive oil sector competitiveness through development and application of innovative production and quality control methodologies related to olive oil health protecting properties” (INTERREG-MED-1033)–ha sido financiado por la Unión Europea a través de la convocatoria Interreg-Med.

Reportaje financiado por el proyecto “CONSOLIDA-UCO”, ECT2020-000810, a través de la convocatoria “Europa Redes y Gestores – Europa Centros Tecnológicos 2020.

Fuente: UCO