Una base de datos codesarrollada por el CSIC ayudará a predecir la respuesta de la biodiversidad al cambio climático
Un estudio global con datos de 41 especies revela patrones comunes en cómo plantas y animales responden al cambio climático.

Un equipo internacional, liderado por la Universidad de Zúrich y la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), publica el primer estudio comparativo a escala global que explora cómo los factores climáticos y las interacciones biológicas se combinan para determinar la supervivencia, la reproducción y la abundancia de las poblaciones, un conocimiento clave para entender la resiliencia de las especies ante el cambio climático.
La investigación integra datos a largo plazo de 41 especies de plantas y animales y permite identificar patrones comunes en su respuesta a las variaciones del clima, además de desarrollar una base de datos que impulsa el diseño de medidas de conservación.
“Predecir cómo el cambio climático afectará a la biodiversidad es complicado porque intervienen muchos factores, como la supervivencia, la reproducción y la competencia, que interactúan de maneras muy complejas”, explica Maria Paniw, investigadora del CSIC en la Estación Biológica de Doñana.
Hasta ahora, la mayoría de los estudios no comparan de manera explícita, entre diferentes especies, el impacto combinado de los factores climáticos sobre la supervivencia y la reproducción, ni analizan cómo estos efectos se trasladan a la abundancia de las poblaciones. Tampoco suelen considerar las interacciones entre especies, lo que puede llevar a sobrestimar o infravalorar los riesgos reales del cambio climático sobre la vida silvestre.
“Los resultados muestran que los impactos del cambio climático sobre la naturaleza son más complejos —y en ocasiones más moderados— de lo que sugieren las predicciones más simples, tanto en plantas como en animales”, afirma Paniw.
El estudio revela que la combinación de distintas variables puede generar impactos mayores de lo esperado, como cuando la falta de precipitaciones se une a las altas temperaturas, intensificando los efectos negativos sobre la supervivencia y la reproducción, especialmente en especies de vida corta como los pequeños mamíferos. En otros casos, las interacciones entre especies pueden amortiguar esos efectos: una reducción en la densidad poblacional puede aliviar la competencia y crear una retroalimentación positiva que modera el impacto climático.
El equipo científico advierte que gran parte de las investigaciones sobre los efectos del cambio climático se concentran en plantas, aves y mamíferos del hemisferio norte, mientras que los invertebrados y las regiones del sur global continúan poco representados. También subraya la necesidad de mejorar la reproducibilidad en ecología, ya que muchos modelos poblacionales no pueden replicarse por la falta de acceso a datos y códigos.
Para superar estas limitaciones, el personal investigador crea una base de datos abierta y colaborativa, disponible para toda la comunidad científica. Este recurso permite ampliar los análisis, estudiar nuevas especies y ecosistemas, e integrar de forma definitiva las interacciones entre clima y biodiversidad en la investigación sobre cambio climático.
Además de su valor académico, la base de datos tiene una aplicación práctica: facilita la implementación de medidas de conservación, la gestión de ecosistemas y el desarrollo de políticas de biodiversidad. “Al identificar patrones comunes sobre cuándo y por qué las poblaciones son más vulnerables, podemos dirigir mejor los recursos hacia especies menos estudiadas”, destaca Paniw.
Comprender cómo las poblaciones responden a lo largo de su ciclo vital resulta esencial para diseñar estrategias de conservación eficaces. Incorporar factores tanto abióticos —como el clima— como bióticos —relacionados con las interacciones entre especies— y garantizar un acceso abierto a los datos son pasos clave para mitigar los efectos del cambio climático sobre la biodiversidad global.
Fuente: CSIC / Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC)