Nace ES Andalucía, la organización de entidades de la Economía Social Agroalimentaria de Andalucía

Tras varios meses de reuniones y contactos por todo el territorio andaluz, arranca ES Andalucía, la organización de entidades de la Economía Social Agroalimentaria, que pretende recuperar los principios básicos del cooperativismo y promover una representación justa de los asociados. Se trata de una apuesta decidida por el modelo de economía social, fomentando el desarrollo de la industria agroalimentaria con base cooperativa, en la que la prioridad no son las cuentas de resultados, sino que los beneficios repercutan en los asociados, en el sector primario, que es el principal garante de un medio rural vivo.

ES Andalucía nace para dar respuesta a las necesidades del sector agroalimentario de nuestra comunidad autónoma, que cuenta con más de 700 cooperativas agroalimentarias que generan una facturación anual de más de 8.500 M€. El cooperativismo agroalimentario andaluz es el más potente de nuestro país, ya que representa una de cada 5 cooperativas españolas del ramo (21%) y aglutina el 38% de la facturación de este colectivo.

Se trata de un sector en el que se observa un efecto de concentración empresarial, con un aumento del tamaño medio y mayores tasas de exportación, innovación y digitalización. Y que se enfrenta a importantes desafíos como el Brexit, el auge del proteccionismo en algunos mercados o una nueva Política Agraria Comunitaria aún por definir. La respuesta a estos retos es potenciar el verdadero cooperativismo, como modelo económico en el que los agricultores y ganaderos son dueños y beneficiarios de sus cadenas de transformación y comercialización, y que debe permitirles ocupar un espacio de interlocución y negociación en relación con el funcionamiento de la cadena alimentaria.

Y es que, a pesar de tener la mayor Producción Final Agraria de España, somos la segunda región en transformación y comercialización de productos, por lo que hay que trabajar para mejorar ese aspecto, determinante para que el valor añadido se quede en nuestro territorio y así mantener unos pueblos vivos y dinámicos.

En ese sentido, para ES Andalucía es fundamental  buscar la diferenciación en el  mercado a través de la calidad y de la identificación del origen, para defender el esfuerzo que miles de productores y la industria están haciendo. Nuestras producciones no pueden competir con terceros países que hacen productos ‘planos’ y reducen sus costes de producción llevando a cabo un dumping social y/o medioambiental, pero conquistan los  mercados más exigentes por su calidad, sostenibilidad y seguridad alimentaria.

Por ello, ES Andalucía cuenta con organizaciones que quieren estar a la vanguardia para afrontar los retos del sector con más cooperativismo y más participación igualitaria, que contribuya al desarrollo económico y social de nuestro territorio a través de la generación de riqueza y empleo en el medio rural.

A pesar de su reciente creación, ES Andalucía cuenta ya con sociedades cooperativas agrarias de primer y segundo grado, sociedades agrarias de transformación de primer y segundo grado, sociedades de concentración, transformación y comercialización de productos agrarios y otras entidades que comparten los mismos fines que la organización. Tiene representación en todas las provincias y en los principales sectores productivos de la región.

ES Andalucía trabaja por la representación y defensa de los intereses de sus asociados respetando la pluralidad de opiniones a través del principio “un socio, un voto”,  independientemente del volumen comercializado; promueve  iniciativas dirigidas a su mejora económica y social, favoreciendo la formación cooperativa, la cooperación económica y la economía colaborativa en Andalucía, y fomentando la intercooperación entre las entidades asociadas para fortalecer su posicionamiento social y económico. Esperamos que el nuevo gobierno reconozca el papel de la economía social, y así se lo pediremos en los contactos que mantengamos, en los que nos ofreceremos a trabajar de manera conjunta para conseguir el ansiado objetivo común, que es recuperar el verdadero espíritu cooperativo: los beneficios para los productores repercuten, directamente, en el medio rural, al hacer posible la vertebración de la población y la mejora de las condiciones de vida con infraestructuras y empleo.