Los abusos de la industria y la distribución, los recortes en la PAC y la sequía marcaron el año agrario 2016

El sector agroalimentario tiene una importancia vital en nuestra comunidad autónoma, constituyendo el 15 % del PIB, con un valor anual de más de 10.000 millones de euros anuales de facturación, siendo la participación de la Producción Final Agraria en la economía andaluza porcentualmente, el doble que la nacional y tres veces más que la de la Unión Europea. Además, el sector agrario es el segundo sector, después del sector servicios, en número de activos en Andalucía, con un 12 % de la población activa.

Frente a estos datos, es indudable que el sector es un sector socio-económico estratégico el cual se debe de proteger y potenciar. Lejos de conseguirlo del balance que UPA Andalucía ha extraído del año 2016, es que los abusos de la industria y la distribución, así como la inacción de la Ley de Medidas para Mejorar el Funcionamiento de la Cadena Alimentaria, siguen provocando una crisis de precios muy grave en el sector.

El enmascarado incremento de la renta agraria del 5,1 % en nuestro país con respecto al año pasado publicado recientemente por el Ministerio de Agricultura y del que presume, choca frontalmente con la realidad que han sufrido las explotaciones agrarias. Ese incremento que se pregona es debido a que los productores han producido mucho más, alcanzando valores record, pero sin embargo, agricultores y ganaderos han recibido menos dinero por su trabajo, quedando la riqueza una vez más en manos de los de siempre.

Los precios percibidos por los agricultores y ganaderos en la mayor parte de los sectores no cubren ni tan siquiera los costes de producción. Sectores como los cereales, frutas y hortalizas, almendra, leche de vaca, caprino y ovino, entre otros, observan con impotencia y desánimo cómo una vez obtenidos sus cosechas y producciones reciben una cuantía económica que está por debajo de lo que les cuesta producirlas, dejando a las explotaciones en una situación crítica.

Ley de la Cadena Alimentaria

La solución más factible a corto plazo a la problemática de precios la deberíamos encontrar en la Ley de la Cadena Alimentaria, Ley por la que siempre UPA Andalucía ha apostado pero que no está ofreciendo soluciones a las necesidades que demanda el sector agrario. Tres son las deficiencias fundamentales que desde UPA Andalucía han detectado que tiene aún esta Ley y que son necesarias de reformar en beneficio del sector agrario:

  • Desarrollar la figura del mediador para que sirva de árbitro entre el productor y la industria o la distribución si no hay acuerdo en el contrato.
  • Es fundamental incorporar a la ley el establecimiento de unos precios sostenibles para agricultores y ganaderos ligados a los costes de producción.
  • Establecer mecanismos de regulación y sanciones contundentes para evitar prácticas desleales y abusivas como la venta a perdidas.

El abuso de la posición de dominio de la gran distribución en el conjunto de la cadena agroalimentaria crece año tras año. De hecho, la evolución que han seguido los precios en origen en los últimos diez años está cada vez más distanciada del precio en destino por los alimentos. Los ciudadanos pagan cada vez más por productos que los agricultores han cobrado en el 2016 a precios que se pagaban en los años 80 y 90.

Así pues, precios por debajo de los costes de producción, cotizaciones en caída libre sin motivo aparente alguno, uso frecuente de productos como reclamo comercial, ventas con pérdidas o a resultas e intercambios comerciales sin contrato son algunas de las realidades con las que se han encontrado los agricultores y ganaderos en este año 2016.

Política Agraria Común: primer año de aplicación real con reducciones

Según los datos que se desprenden de la asignación definitiva de los derechos de pago básico publicada el 31 de marzo, las pérdidas de Andalucía ascienden a un total de 616,5 millones de euros en ayudas directas (Primer Pilar de la PAC) para el período que finaliza en 2020 (un balance anual medio de 96,5 millones de euros desde 2015). A ello se suma el recorte en los fondos de desarrollo rural (Segundo Pilar), 286 millones de euros menos que en el anterior marco, siendo la única Comunidad Autónoma que pierde recursos, lo que significa una pérdida del 9,8%. El resultado de esta “reforma injusta” para Andalucía es una pérdida de 902,5 millones de euros en el período 2014-2020 con respecto al marco anterior.

Los más afectados son los que reciben menos de 5.000 €, ya que en el anterior periodo no les aplicaban el recorte de ayudas. En este periodo, el Ministerio decidió aplicar un recorte del 8,64% a todos los beneficiarios, incluyendo a los que percibían menos de 5.000 €. En la Comunidad Autónoma andaluza, 208.000 agricultores y ganaderos, el 80% de los beneficiarios de ayudas, perciben menos de 5.000 euros

A esta rebaja, le sigue un segundo recorte que conlleva una reducción del 5% del presupuesto de pago básico destinado a las ayudas asociadas. De nuevo Andalucía se vio perjudicada, ya que sectores como el olivar en pendiente o la uva pasa que cumplían los requisitos no se vieron beneficiados. Otros como la remolacha tienen menor cuantía que en otras regiones. Estos agravios se demandaron a las autoridades competentes sin éxito hasta el momento.

Un año duro en lo meteorológico

El 2016 ha sido un año marcadamente seco con temperaturas extraordinariamente altas, siendo la situación de extrema sequía más acusada a medida que nos desplazamos a las provincias situadas más en la zona oriental de Andalucía. La ausencia casi total de precipitaciones, que ha durado desde el otoño de 2015 hasta el otoño de 2016, ha ocasionado nefastas consecuencias en producciones de secano como cereal, almendro y olivar principalmente, lo que se ha traducido en importantes pérdidas de cosecha.

En cuanto a la ganadería, se perdieron por la sequía la mayor parte de los pastos naturales para la extensiva y hubo que alimentar a los animales a base de grano y forraje comprados por los ganaderos, con el consiguiente incremento en los costes de producción que esto supone. En el caso del caprino, la situación se ha visto más agravada aun debido a que el precio de la leche descendió considerablemente.

En ecológico, los problemas se encuentran en la alimentación, puesto que al no haber productos para el consumo del ganado en el campo se tiene que traer de fuera con un precio excesivo que no puede soportar el ganadero.

Tras la sequía, le siguió un mes de octubre benévolo en cuanto a precipitaciones para Andalucía occidental pero prácticamente inexistentes una vez más para la provincias situadas más al este. Posteriormente, en el mes de diciembre se dieron lugar hasta cuatro tornados que sacudieron a la provincia de Huelva, y tormentas que afectaron de forma considerable y fundamentalmente a las provincias de Cádiz, Málaga y Almería, dañando cultivos, instalaciones de diferente naturaleza y caminos rurales.

Seguros agrarios

En este año hemos podido asistir, consecuencia de la prórroga de los presupuestos del año pasado, a una reducción de nada menos que de 10 puntos de la ayuda a los seguros agrarios que concede el Ministerio de Agricultura. Esta reducción va a suponer un incremento del coste de los seguros que discurrirá entre el 17 y el 35% según líneas.

Es la primera vez que hay que bajar las subvenciones sin reducirse el presupuesto de la partida de seguros y ello porque entre todos hemos sido capaces de aumentar la contratación de seguros. UPA Andalucía ha calificado de “verdadera lástima” que el trabajo realizado se pueda perder por no dotar suficientemente a la partida de los seguros agrarios.

Del mismo modo, la Junta de Andalucía ha dado continuidad a su partida de 5,5 millones de €, lo que no ayudará a compensar la bajada llevada a cabo por el Ministerio.

A pesar de este contratiempo para el bolsillo de los productores agrarios, UPA Andalucía ha querido instar a todos los agricultores y ganaderos a que sigan asegurando sus producciones, debido a que el seguro agrario es la única herramienta de estabilización de ingresos de la que disponen para hacer frente a los posibles riesgos climáticos y sanitarios no controlables que puedan afectar a sus explotaciones.

Del mismo modo, UPA Andalucía solicita al Ministerio de Agricultura y a la Junta de Andalucía a caminar en el próximo año hacia un horizonte con una perspectiva presupuestaria más ambiciosa y sin retroceder un ápice en las políticas de incentivación.

Impacto del Brexit para el sector agrario andaluz

El Reino Unido es uno de los principales mercados para los productos agrícolas andaluces. En 2016 el 5,57% del volumen total de exportaciones fue a parar a dicho país (un 2,63% más que en 2015), por lo que tras el Brexit, existe mucha incertidumbre en el sector agrícola por lo que ocurrirá en el futuro a corto o medio plazo.

Las consecuencias directas del llamado Brexit sobre la agricultura europea y en concreto sobre la de Andalucía no se verán hasta que los poderes políticos y judiciales del Reino Unido se decidan sobre el proceso formal para abandonar la UE, por lo que hasta que no se tome esta decisión no se pueden realizar conjeturas sobre los posibles efectos sobre la agricultura y la ganadería.

Problemas en la disponibilidad de productos fitosanitarios

Si los bajos precios percibidos y los abusos de la distribución no son suficientes para menoscabar la rentabilidad para los agricultores, la situación se agrava a la hora de hablar de las materias activas de las que están a disposición de los productores a la hora de producir.

Los agricultores se encuentran cada día más indefensos ante las durísimas limitaciones de las herramientas con las que cuentan para defenderse de las plagas y enfermedades que asolan los cultivos, debido a que las políticas restrictivas que se aplican por la Comisión Europea en materia de fitosanitarios han supuesto ya, en el plazo de unos pocos años, la eliminación del 72% de las materias activas existentes en el mercado.

Hay que tener en cuenta que las plagas destruyen anualmente cerca del 35% de las cosechas de todo el mundo. Incluso una vez recogidas las cosechas, los insectos y los microorganismos infligen una pérdida adicional de entre un 10% y un 20%, con lo que las pérdidas oscilan entre un 40 y un 50%.

Por lo tanto, la Comisión ha de tener en cuenta que si se siguen prohibiendo materias activas, dará lugar por lo tanto a la pérdida de potenciales productivos, la amenaza a la seguridad alimentaria europea y el mazazo a la política proteica europea.

Los cultivos menores en este sentido son los más afectados, ya que son los que menos materias activas tienen a su disposición al tener una baja superficie y ser menos rentables para las casas comerciales. Asimismo, al disponer de menos materias activas, queda reducida la alternancia de productos para una misma plaga o enfermedad, y se corre el riesgo de que aparezcan resistencias.

Se debe de conocer también que el primer problema ambiental de Andalucía no es la reducción de la biodiversidad derivada del empleo de fitosanitarios, sino el incremento de la erosión por las labores que hay que llevar a cabo en el terreno. Este incremento que se ve acentuado con el cambio climático y su afección por nuestro régimen de precipitaciones.

UPA Andalucía se opondrá a cualquier cambio en este sentido de la política de aplicación de fitosanitarios, apelando a que deben de tener en cuenta competitividad de la agricultura andaluza, las particularidades ambientales de Andalucía y no poner en cuestión la seguridad alimentaria europea.

Balance agrario 2016 por sectores

AGRICULTURA

Buena campaña para el olivar

Año aceptable para el sector de la producción de aceite de oliva. Los bajos niveles de stocks iniciales y la buena comercialización nacional y exterior han permitido mantener un nivel de precios a lo largo de la campaña bastante aceptable para los olivareros.

La producción media obtenida en esta campaña, unido a las bajas existencias que restan del enlace de campaña, son datos más que objetivos para que el precio del aceite de oliva virgen extra se mantenga por encima de los 3 € el kilo.

En el caso de la aceituna de mesa la situación ha sido bastante peor y la crisis estructural que tiene el sector productor no ve el final.

Pérdida de renta en los cultivos herbáceos

Los precios actuales de los cereales han registrado una caída del 25% en comparación con el año pasado. El incremento de rendimientos de esta campaña no suple este descenso de precios, lo que junto al aumento de costes, supone una reducción de la rentabilidad “muy acusada”, principalmente en el caso del trigo.

Los problemas adicionales de enfermedades que han afectado a diferentes cultivos han motivado un aumento de los gastos de los agricultores. Por un lado, ha sido necesario realizar uno o dos tratamientos contra diferentes enfermedades, con un coste medio adicional de 40-45 euros/hectárea por tratamiento.

En frutas y hortalizas leve mejoría que no arregla los desequilibrios       

A pesar de que para hacer una valoración adecuada de la campaña 2016/2017 de frutas y hortalizas habrá que esperar al menos hasta el mes de marzo, lo más destacable en lo que llevamos de campaña es lo siguiente:

En tomate, después de un comienzo dubitativo estamos asistiendo a cotizaciones record de los últimos tres años. Se espera que la bajada de enero no sea muy alta y podamos decir que la presente campaña da un respiro a la hortaliza más producida en España. En lo que se refiere a pimiento está teniendo buenas cotizaciones en estos momentos.

En calabacín tuvo un comienzo de campaña muy malo pero después ha ido recuperando cotizaciones; arrastra de campañas anteriores la afección del New Delhi virus. Hay plantaciones en las que ha tenido que realizarse el replantado de forma completa.

El pepino ha sido la hortaliza con peor comienzo de campaña y que a estas alturas ha sido la que menos se ha recuperado, siendo ya las cotizaciones obtenidas viables. La berenjena ha sido la hortaliza más estable en esta campaña debido a que se han plantado menos hectáreas que en la campaña precedente.

Los frutos secos se han visto afectados por una extrema sequía en la presente campaña. En estos momentos está lloviendo, pero esto no hace que se equilibre el año. Las cosechas ya están perdidas por no haberse podido cosechar o por no haberse podido sembrar.

En cítricos, la campaña arrancó con ciertas dificultades por la coincidencia con cítricos de otras procedencias tales como Sudáfrica. Los precios en general han sido en torno al 30% inferiores a los de la campaña pasada. Está habiendo precios ajustados. Hemos tenido cítricos con alta incidencia de “clareta” como consecuencia de la falta de hidratación del árbol en el periodo estival. Aún falta por recolectar una parte importante de las variedades tardías de híbridos y naranjas.

En frutas de hueso, la campaña ha sido mala. A pesar de no haber existencias de fruta, la presión de la distribución ha sido brutal, tirando de los precios a la baja y complicando mucho la campaña.

Una campaña de algodón sin sobresaltos

La campaña de recolección transcurrió de forma dispar: por un lado, las altas temperaturas que hubo en el verano, hicieron que la mayor parte de la superficie cultivada se adelantase su recolección con respecto a la campaña anterior; pero por otro, parte de la superficie fue recolectada con retraso debido a que las lluvias de mayo obligaron a resembrar algunos algodones.

Se ha registrado una reducción de la superficie con respecto a la pasada campaña del 3,3 %, pasando de 62.588 hectáreas en 2015-2016 a las 60.781 hectáreas. A pesar de ello, la mejora de rendimientos ha podido solventar en parte esta situación con producciones que se han situado algo por debajo de los 3.000 kg por hectárea.

Finalmente los precios por kilo han dado por fin un respiro a los productores de algodón, y se han situado en torno a los 48 céntimos por kilo, por encima de campañas pasadas y que les permite cubrir costes de producción.

Las importaciones mantienen hundidos los precios del arroz

La campaña de recolección del arroz comenzó con 20 días de retraso debido las precipitaciones registradas a lo largo del mes de mayo que demoraron la siembra. Sevilla, con 37.000 hectáreas y con una producción anual de 340.000 toneladas ha vuelto a ser la primera provincia productora de España y la segunda de Europa.

A pesar de ello, el sector arrocero ha seguido influenciado por el aumento de las importaciones procedentes de terceros países, que de nuevo han inundado el mercado comunitario y mantienen los precios en un nivel extremadamente bajo. De la misma manera la dificultad para poder utilizar productos fitosanitarios limita la rentabilidad de los arroceros.

GANADERÍA

Crisis continuada en los sectores ganaderos de leche

Los bajos precios de la leche de vaca a lo largo de todo el 2016 ha sido el denominador común de todo este año y cuyos efectos se acumulan a las enormes pérdidas del año anterior. El mínimo repunte de cotizaciones a lo largo de este mes de diciembre no ha supuesto avance significativo alguno, puesto que el precio final de 30 céntimos/litro sigue sin cubrir los costes de producción.

El problema se ha trasladado en este 2016 a la leche de  oveja y cabra, debido principalmente al contagio de la crisis del vacuno de leche y a la introducción de un mayor porcentaje de leche de vaca en los quesos de mezcla. Las cotizaciones en algunos casos han descendido hasta 0,25 euros/litro que al ganadero le supone no haber cubierto los costes de producción debido a que las industrias lácteas imponen las condiciones de los contratos, pervirtiendo las intenciones de la Ley de la cadena alimentaria. Por otro lado, a lo largo de 2016 se ha sufrido la eliminación de los sistemas de cuotas de producción. Por ejemplo, la desaparición de las cuotas lácteas «sigue originando un serio perjuicio a los ganaderos puesto que aumentan los excedentes de producción de leche en Centroeuropa, con la consiguiente caída de precios en origen y el cierre de explotaciones en nuestra región».

El final de año 2016 se cerró con un ligero repunte en los precios aunque no llega a compensar las pérdidas sufridas a lo largo del año. En cuanto a las medidas anunciadas por Bruselas para el sector, la única que se ha implantado es la de cese temporal de producción, cuyos efectos no se han podido cuantificar por lo reciente de la misma.

El porcino mantiene su rentabilidad gracias a las exportaciones y la norma

En porcino se han salvado los muebles en cuanto a rentabilidad de las explotaciones se refiere. El buen ritmo de las exportaciones, con incrementos importantes a China y otros países, ha permitido unos precios aceptables en el mercado interno. Además, los costes de alimentación se mantienen en niveles óptimos para los ganaderos, lo que garantiza la rentabilidad de las explotaciones. El sector del ibérico especialmente sigue subiendo su rentabilidad sustentado en la Norma de calidad que está aportando claridad en las compras y seguridad al consumidor.

Precios muy bajos para los avicultores

Durante el año 2016 se ha mantenido un nivel de precios muy bajos para los productos avícolas. La única noticia positiva para el sector ha sido el descenso del coste de alimentación. En datos económicos, el sector del pavo está siendo algo mejor que el broilers.

Sanidad animal

Durante el año 2016 se han declarado grandes epizootias. La enfermedad pecuaria más relevante sigue siendo la tuberculosis bovina, al tratarse de una zoonosis con índices de prevalencia elevados con respecto a otras regiones. Sigue siendo elevada como en el año anterior debido a la aplicación más exhaustiva de la prueba oficial y el celo de las autoridades sanitarias con respecto a esta enfermedad. La evolución normal es que a partir del próximo año siga la tendencia a la baja, tanto en cuanto a rebaños como en animales sacrificados por esta enfermedad. Debido a la presión de UPA a todos los niveles, se está controlando más la fauna silvestre y se están aprobando medidas que permitan bajar la incidencia de esta enfermedad.

La Lengua azul se ha mantenido con escasa incidencia debido a la vacunación masiva. Se han detectado focos en explotaciones centinela que confirman la efectividad de la vacuna y la necesidad de seguir vacunando por la presencia de mosquitos y de la enfermedad en países cercanos.

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