UPA Andalucía critica que la Comisión ningunee la voz del sector citrícola y traslada los principales retos a los que se enfrenta el sector algodonero andaluz

El sector citrícola andaluz produce unos 2 millones de toneladas sobre unas 85.000 hectáreas de las que depende el abastecimiento de los consumidores, el desarrollo económico, el empleo, el mantenimiento del paisaje, el medioambiente, la continuidad de la industria asociada y de la actividad exportadora. Es, por lo tanto sin lugar a dudas, un sector estratégico para Andalucía.

A finales de enero, la Comisión presentó a los Estados miembros su nuevo proyecto de modificación “de sanidad vegetal” en el que desistió de incluir medidas eficaces para evitar la propagación de nuevas plagas que amenazan a las plantaciones citrícolas  europeas a través de las importaciones desde terceros países.

Después de meses de debate, en los que el sector, las administraciones de los países productores y el propio Parlamento Europeo pedían que el principio de precaución y la seguridad fitosanitaria de las plantaciones citrícolas europeas prevalecieran sobre los intereses comerciales, Bruselas ha decidido decantarse por los intereses de los importadores y la industria del norte de Europa.

Así, en la reunión del Comité Permanente de Sanidad Vegetal, del pasado 27/01/2017, la Comisión defendió ante los Estados miembros, un modelo de medidas, en el que la elección de las condiciones fitosanitarias de importación a la UE, y los tratamientos cuarentenarios que deben ser aplicados, corresponde a los propios exportadores, evidentemente mucho más preocupados de hacer negocio que por la pervivencia de la producción comunitaria. Un modelo que da la espalda totalmente a las peticiones que los representantes del sector citrícola habían reclamado unánime y reiteradamente a la Comisión, para evitar que plagas procedentes de terceros países lleguen al continente y pongan en peligro nuestras plantaciones. Lamentablemente, la iniciativa contó con una mayoría suficiente de Estados del Centro y Norte de Europa, no productores.

Además de la cuestión de fondo y del varapalo que esta medida supondría para la seguridad fitosanitaria, los representantes del sector citrícola queremos denunciar la forma en que ha tomado la iniciativa la Comisión -que constituye un claro ejemplo de falta de responsabilidad y de alejamiento de los intereses que esta institución debería defender- y seguiremos peleando para evitar que la misma llegue a consumarse.

Al proponer este proyecto, la Comisión ha ninguneado no solo a los países productores sino al propio Parlamento Europeo. En efecto, el pasado diciembre, el Parlamento Europeo suscribió una resolución histórica en la que se oponía claramente y por amplísima mayoría, al mencionado proyecto por considerarlo absolutamente insuficiente y contrario a las recomendaciones de la EFSA.

La irresponsabilidad de la actuación de la Comisión y de los países no productores es especialmente  grave, porque se produce al tiempo que plagas como la Xyllella están ocasionando daños gravísimos e irreparables en el sector agrario europeo. Se produce, además, tras el acuerdo político que alcanzaron el Parlamento Europeo y el Consejo, en 2015, a favor del refuerzo de la protección fitosanitaria de la UE frente al riesgo de contagio de plagas desde países terceros.

En concreto, entre las disposiciones aprobadas  el viernes se encuentran, por una parte, en cuanto a las enfermedades de la “Mancha Negra”  y el “Cancro de los cítricos”, el mantenimiento de la posibilidad de que el producto importado a la Unión desde países contaminados, teóricamente destinado a la fabricación de zumo, entre en Europa con menores cautelas y control que las exigidas para el producto para mesa.  Un “canal paralelo” que no impide que esos cítricos, una vez dentro de la UE, puedan acabar en el mercado en fresco generando un peligro inasumible.

Por otra parte, se deja a decisión del país exportador contaminado la decisión sobre el tratamiento necesario para evitar propagar su enfermedad, en vez de obligarle a aplicar un método de eficacia equivalente objetivamente probada y avalada por la EFSA, como pedía el Parlamento Europeo.

Jornada del Sector Algodonero Español

UPA Andalucía ha participado en la jornada organizada por la Fundación Cajasol de nombre “El Sector Algodonero Español: una apuesta por la sostenibilidad”.

Hay que recordar en primer lugar que el algodón es un cultivo de gran importancia económica y social, tanto por el elevado número de empleos directos que genera como por su industria asociada. En Andalucía, el algodón es un cultivo eminentemente familiar y social, ocupa a unas 10.000 familias, y aporta el 5,13% a la Producción Final Agrícola y el 4,12% a la Producción Final Agraria.

La superficie de algodón cultivada en España se concentra casi en su totalidad en Andalucía con el 99,89% (62.151,26 Has de las sembradas en 2016 en Andalucía de las 62.236,25 Has cultivadas a nivel nacional), lo cual denota el papel determinante de la comunidad en cualquier toma de decisiones que afecten al sector. También hay que resaltar que es un cultivo «crítico» desde el punto de vista social, medioambiental y económico en las zonas de Andalucía donde se produce, entre otras razones por la «falta de alternativas al mismo».

En la jornada, que contó con más de 500 asistentes entre agricultores, empresas, representantes del sector y miembros de la administración, se puso en liza fundamentalmente la importancia de que se refuerce la sostenibilidad del sector del algodón, es decir, que el cultivo produzca más kilos de algodón y de mayor calidad, con menos agua, menos energía y menos suelo.

En opinión de UPA Andalucía los principales retos a los que se enfrenta el sector algodonero andaluz son: la incertidumbre de cómo quedarán las ayudas públicas a partir de 2020 a pesar del compromiso “blindado” de Bruselas con el sector, la fase de estancamiento de las administraciones y las necesidades de investigación e innovación, la situación mundial de especulación de precios, las dificultades que tienen los algodoneros para aplicar determinadas materias activas como el tidiazurón, y los problemas de competitividad del sector frente a otros países.

Del mismo modo UPA ha trasladado en la cita sus propuestas para superar estos retos. Una parte ya se está llevando a cabo gracias al esfuerzo que se está haciendo desde entidades como UPA Andalucía, que forma parte actualmente de la Asociación que en un futuro no muy lejano desencadenará en la constitución de la Organización Interprofesional del Algodón.

En la Asociación, se ha comenzado a dar los pasos pertinentes para dar respuesta a las necesidades más inmediatas que demanda el sector como son el registro del defoliante “tidiazurón», crear una Indicación Geográfica Protegida y un sello para el algodón sostenible, y la promoción de nuestra materia prima.

Pero sin lugar a dudas, UPA ha querido transmitir también que se necesita imprescindiblemente la colaboración de las administraciones (tanto nacional como autonómica), y de la mano del sector, ponerse a trabajar de forma inmediata en cuestiones como:

  • Defender que no haya reducciones de presupuesto en la futura PAC 2020.
  • Establecer mecanismos de regulación de los mercados para evitar la especulación a la que el sector está sometido.
  • Apoyar cada campaña la autorización provisional de la materia activa Tidiazurón, indispensable para el sector y hasta que la interprofesional del algodón lleve a cabo el registro de la materia activa.
  • Creación de una marca o logo de algodón europeo.
  • Creación de una marca de calidad en donde el algodón de Andalucía pueda ser protegido territorialmente y/o intentar elaborar algún ECOLABEL.
  • Simplificación de los requisitos de las ayudas agroambientales, para que sean realizables por los agricultores y redunde en el beneficio del medio ambiente.
  • Invertir en I+D+i con el fin de desarrollar variedades que produzcan algodón de más calidad, con una mayor longitud de fibra, de ciclos más cortos y con un mayor potencial de rendimientos.
  • Tras la investigación, transferencia de conocimientos proporcionando un Plan de Formación para los agricultores.

 

Para concluir, desde UPA Andalucía se quiso transmitir que “debemos de caminar hacia producciones de calidad para diferenciarnos en el mercado y darle un valor añadido al producto”, ya que esta es la única vía a través de la cual Andalucía será capaz de seguir produciendo algodón en el futuro.

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