UPA Málaga: la sequía y los costes de producción marcan un 2022 complicado para el agro

El secretario general de UPA Málaga, Francisco Moscoso, hace balance de un año marcado por las elevadas temperaturas en primavera, la pertinaz sequía que seguimos sufriendo en el campo y unos costes de producción que se han incrementado de forma abusiva haciendo inviables muchas explotaciones, sobre todo ganaderas.

Un año 2022 complicado para el agro malagueño. 365 días difíciles en los que la agricultura y ganadería familiar se ha tenido que enfrentar a una brutal crisis motivada, fundamentalmente, por la abusiva e injustificada subida de los costes de producción, una pertinaz sequía que ha condicionado nuestros cultivos y, por si fuera poco, la invasión de Ucrania por Rusia. Pero también ha sido un año en el que UPA Málaga ha realizado un trabajo riguroso de interlocución con las administraciones y bastante serio a la hora de las movilizaciones, destacándonos como una Organización más necesaria que nunca y consolidando el sector primario como estratégico, esencial e indispensable, tanto para la recuperación económica de la provincia, como para garantizar la soberanía alimentaria.

El secretario general de UPA Málaga, Francisco Moscoso, hace balance del año 2022. “A la delicada situación por la subida de costes generalizados, la crisis energética y el alza de tipos de interés que están repercutiendo en la cuenta de resultados de las explotaciones agrarias andaluzas, se le suman los efectos de la sequía extrema que soporta el campo, a pesar de las ansiadas lluvias que están haciendo acto de presencia en este mes de diciembre”, afirma.

Ante tantas adversidades para el sector primario, “es el momento de que las administraciones proporcionen el respaldo que merecemos los agricultores y ganaderos,con el fin de potenciar su fortaleza y capacidad para hacer frente con solvencia a tantos contratiempos. Que los agricultores recibamos unos precios justos por nuestras producciones, una PAC más justa y más social que refuerce a la Agricultura y Ganadería Familiar y Profesional para quien esta nueva política puede y debe constituir una oportunidad, la correcta aplicación de la nueva Ley de la Cadena, poner freno a la subida desmesurada de los inputs, y la defensa de nuestros productos frente a las importaciones procedentes de terceros países, deben ser los principales retos que las administraciones públicas deben encarar si realmente queremos un sector agrario cada vez más potente, solvente y que siga siendo el motor social y económico en nuestra comunidad. Porque este año 2022 que termina se ha caracterizado por un incremento desorbitado de los costes de producción y una importante sequía que ha perjudicado notablemente a todo el sector agrario”, expone el secretario general de UPA Málaga.

El año 2022 ha sido un gran año para el aceite de oliva en cuanto a comercialización se refiere, ya que ha batido todos los récords, superándose, por primera vez, los 1,6 millones de toneladas vendidas, con la exportación marcando el paso de las ventas. Sin embargo, la próxima cosecha será peor, puesto que el aforo presentado por la Junta de Andalucía estimaba una producción en la provincia de Málaga de 40.000 toneladas. Además, la falta de precipitaciones y la menor dotación de regadío, han hecho que, en campo, la producción sea mucho menor de la prevista.

En cuando a la aceituna aloreña, Francisco Moscoso resalta que es una aceituna de mesa que se recoge con métodos manuales y artesanalmente, y que, si no fuera por la DOP, “no tendría futuro, ya que no podría competir con otras variedades con menores costes de producción en recogida, en elaboración y en transformación”.

La campaña para la Aloreña ha terminado con un 50% menos de producción que el año pasado y ni que decir tiene que los costes de producción han disparado notablemente, mientras que los precios en origen se han mantenido estables con un ligero repunte al alza al haber menos producto.

Por otra parte, en lo relativo a los cultivos subtropicales, en líneas generales, debido a la sequía con una precipitación escasa que apenas alcanzó los 200 l/m2 en las zonas de producción, las olas de calor, y el incremento de costes de producción como en el resto de sectores, la producción de aguacate y mango se verá seriamente afectada, con unos precios en origen, por ejemplo para los mangos, que han tenido unas fluctuaciones excesivamente grandes, oscilando entre los 20 céntimos (aquellos con menos calibre) y los 90. “Precios muy bajos para los agricultores cuando, en tienda, el consumidor ha pagado hasta tres y cuatro veces más”, denuncia Francisco Moscoso.

En cuanto a la uva pasa, UPA Málaga apunta que hay un 50% menos de cosecha que el año pasado por la sequía y las altas temperaturas. Tampoco se ha repercutido sobre los productores el incremento del precio “vemos la ayuda asociada del Gobierno en la PAC muy importante, pero necesitamos que otras administraciones ayuden directamente a la uva pasa para que el agricultor logre mantener el cultivo”.

Especialmente significativo ha sido el año 2022 para la ganadería malagueña. A este respecto, Cristóbal Cano ha explicado que el principal problema de los ganaderos “continúa siendo la falta de rentabilidad de las explotaciones porque, de forma generalizada, los ganaderos perciben unos precios muy bajos por sus producciones, que unido al importante incremento de los costes, especialmente los energéticos, piensos y gasoil, hace que las pérdidas económicas sean cuantiosas y pongan en peligro la viabilidad y supervivencia de las explotaciones”.

Fuente: UPA Málaga