COAG Andalucía hace balance de los principales sectores productivos en 2015

Concluye un año que se abría con la entrada en vigor de la nueva PAC y se cierra con la sentencia que anula el acuerdo con Marruecos. En medio, situaciones delicadas que han afectado a algunos sectores, como la crisis láctea o los efectos del veto ruso, pero también cuestiones transversales como la subida de los costes de producción (un 46%), la ligera subida de la renta agraria (que no palia la caída acumulada del 30% en la última década) y la amenaza de sequía. Por lo que respecta a los precios, han tenido un comportamiento negativo, en general.

COAG Andalucía ha hecho un repaso por los principales sectores productivos. Ante la escasez de lluvias y las temperaturas anormalmente altas, el sector teme que se produzcan mermas importantes en sectores como los cereales, el olivar o las hortalizas de invierno.

Los cereales de secano se vieron muy afectados por los golpes de calor del mes de mayo, seguido de un verano también cálido. Una campaña más los precios no remontan (son pocos los que negocian los precios), con costes cada vez más altos (pérdida de rentabilidad), mientras el petróleo sigue bajando pero los abonos no bajan, especialmente los nitrogenados. Entre los aspectos más destacados del cultivo, podemos citar la aplicación de los nuevos requisitos impuestos por la reforma de la PAC para el cobro del tramo de ayudas conocido como greening o pago verde en cuanto a la necesidad de diversificación de cultivos en la explotación, que ha propiciado el aumento de superficies sembradas de otros cultivos como las proteaginosas.

Por lo que respecta al sector del olivar, la producción de 850.000 toneladas de aceite de oliva, un 53% menor que la anterior, generó una tensión enorme en los mercados, con un importante aumento del precio en origen, superando los 4 euros en el mes de septiembre, por unas existencias mínimas que hicieron que la campaña de comercialización finalizara con stock cero. Hay que destacar que esta subida de precio no afectó sustancialmente a la renta de los olivareros, debido a la escasa producción, pero esta mínima disponibilidad de producto sí repercutió en los lineales, con lo que el consumo se vio perjudicado.

En este clima de tensión en el mercado la Comisión decidió aumentar en 35.000 toneladas el acceso sin arancel de aceite de oliva de Túnez durante dos años, que se suma a las 56.700 t ya concedidas al país magrebí, escudándose en el apoyo al desarrollo del país. COAG ha subrayado que esta medida afecta de forma directa al mercado, pero no precisamente para estabilizarlo, ya que altera discriminatoriamente la ley de oferta y demanda a favor de distribuidoras y envasadoras que controlan el mercado del aceite de oliva. Desde COAG han solicitado que se pongan en marcha todos los mecanismos de estabilización de precios con los que cuenta el sector para que no se trasladen los picos de precios a los consumidores y que garanticen la renta de los agricultores.

En cuanto a la aceituna de mesa, a pesar de que el año ha sido climatológicamente muy seco, con una primavera con golpes de calor en mayo y un verano con temperaturas nocturnas muy elevadas, la producción final no se ha visto mermada, aunque la sequía sí ha afectado a la calidad, con menores calibres. Sin embargo la industria ha aceptado todo, con fines meramente especulativos, cubriendo los mercados de una forma que en nada beneficia al prestigio de nuestra aceituna. Los precios han subido un 30% de media respecto a  la campaña pasada, pero un año más no han llegado a cubrir los costes de producción. Un aspecto muy importante para el sector en esta campaña ha sido el proceso ya casi finalizado de la creación de la figura de calidad de la IGP Aceituna Manzanilla y Gordal de Sevilla. En este sentido, y en apoyo a la calidad y la información al consumidor, desde COAG han seguido solicitando al Ministerio que incluya en la Norma de Calidad de la aceituna de mesa la obligación de incluir la variedad en el etiquetado. Otro aspecto destacable ha sido la campaña de inspecciones que por primera vez se han llevado a cabo desde la AICA para el cumplimiento de la obligación de suscribir contratos por escrito en las operaciones de compraventa de aceituna.

En frutas y hortalizas, la producción sigue aumentando. Ha sido un año seco, aunque hubo daños puntuales en algunas zonas (Granada y Almería) por lluvias, granizos e inundaciones. Se mantiene la incertidumbre en los precios y, en cuanto al funcionamiento del mercado, hay que mejorar la aplicación de la ley de cadena alimentaria. En definitiva, es una campaña marcada por la inestabilidad.

Por lo que respecta a los cítricos, la campaña pasada terminó con precios muy bajos, siguiendo la tendencia de años anteriores y viéndose agravada por el veto ruso. Sin embargo, el inicio de esta ha venido marcado por una ligera subida de precios, con una producción media y de buena calidad, ya que las lluvias, aunque han sido escasas, han caído en el momento justo.

La campaña de frutos rojos ha sido aceptable. La  producción ha sido mejor que en campañas anteriores y los precios han sido buenos al principio y al final cayeron. Crece la superficie de arándano y frambuesa, que mantienen buenos precios.

De los cultivos subtropicales, la chirimoya ha sufrido bajos precios por las temperaturas altas que han producido un pico de producción en poco tiempo. En cambio, el mango ha ido muy bien y el aguacate ha tenido un comportamiento normal en líneas generales.

En cuanto a la remolacha, en la campaña pasada se sembraron 8.400 ha y se entregaron 678.000 toneladas. A pesar de las condiciones climatológicas sufridas, las buenas prácticas de los agricultores sirvieron para cerrar la campaña con una producción similar a la de la campaña anterior. Fue la primera campaña con agroambientales y la primera también con el nuevo sistema de pagos acoplados, en el que se demuestra lo que COAG Andalucía criticó en su día: la zona sur se ve claramente perjudicada, con una ayuda de 283 €/ha frente a los 525 €/ha que tendrá el norte. No parece la mejor forma de evitar el abandono del sector. Como perspectiva la próxima campaña, hay que decir que con la contratación para 2015-2016, los agricultores andaluces pierden entre 0,5 y 2,4 €/t.

De algodón se sembraron 63.400 ha, 10.000 menos que en la campaña anterior, obteniéndose una producción menor a la inicialmente esperada. Las plagas (earia y rosado, fundamentalmente) han causado estragos y han dejado las entregas en algo menos de 160.000 toneladas. El uso del tidiazurón permitió salvar la campaña al adelantar permitir adelantar la cosecha.

En cuanto al viñedo, la campaña ha venido marcada por las elevadas temperaturas y las escasas precipitaciones. En la mayor parte de las zonas productoras, esto ha supuesto un adelanto en la vendimia (salvo en Huelva, donde se decidió retrasar la cosecha para intentar alcanzar algún grado más). A pesar de las difíciles condiciones, la cosecha no ha disminuido tanto como se esperaba (únicamente un 6%, quedándose cerca de las 175.000 toneladas de uva) y la calidad de la uva ha sido muy buena, si bien los grados son inferiores a los de la campaña anterior en algunas zonas.

Esta ha sido la última campaña con el sistema de derechos de plantación como mecanismo de regulación de mercados, pues el 1 de enero de 2016 entra en vigor el régimen de autorizaciones, que podrán obtenerse por arranque, por adaptación de un derecho concedido anteriormente o por asignación de un cupo de superficie determinada (limitada al 1% de la superficie del año anterior).

Los frutos secos tuvieron una cosecha media-alta, con un precio elevado, manteniendo así la tendencia de la campaña pasada. Crece la superficie de almendro, en zonas donde antes no se producía y en tierras de buena calidad con agua, por lo que puede haber un aumento importante de la producción en los próximos años, que no se sabe si influirá en el precio. La próxima cosecha puede verse afectada por la falta de frío, ya que la mala floración puede provocar una reducción del 50% en la cosecha prevista.

En castaña, a pesar de las altas temperaturas y de la escasez de lluvias, la cosecha fue media alta y de muy buena calidad. En Málaga se recogieron en torno a los 4 millones de Kg, con una producción al alza debido a la cada vez mayor productividad de las plantaciones jóvenes (en torno a los 25 años). Por su parte, Huelva superó los 2 millones de kilos, también con buena calidad.

En cuanto al precio, en la zona de Málaga, más precoz, empezó alto pero fue bajando rápidamente, debido a las altas temperaturas de finales de septiembre y principios de octubre, que redujeron la demanda, y a que Italia, nuestra principal compradora internacional, ya empezaba a recuperarse de la plaga de la avispilla. Tras las fuertes lluvias registradas en el Valle del Genal a mediados de octubre (más de 300 l/m2 en 48 horas), el precio se desplomo hasta los 0,60 €/Kg, por lo que muchos productores optaron por dejar lo que les quedaba de cosecha, en torno a un 10%, sin recoger. El precio medio recibido por los agricultores en Málaga se puede situar en torno a 1,50 €/Kg. El Huelva la situación fue parecida: cosecha adelantada, menor demanda y mercados colapsados de oferta, desplomando los precios hasta los 0,50€/Kg, lo que propició que también parte de la castaña se quedara sin recoger.  El precio medio en Huelva se situó en torno a 1€/Kg.

Por lo que respecta a la patata, se puede considerar que ha sido una campaña buena. Al ser un año seco, no ha habido daños destacados por enfermedades. La producción ha sido normal y el precio es bueno (0.32€). No obstante, en Sevilla, la campaña ha estado marcada por la alerta del organismo de cuarentena Epitrix y los controles exigidos, que afectan a la exportación. Para la próxima campaña se espera una merma en la superficie sembrada por este motivo.

En ajo, la campaña ha sido buena, pero peor que en las campañas de referencia (hace tres que se pagó el ajo verde a 1€ en el campo). La producción es de buena calidad y se espera que el precio suba ya que en Argentina se ha producido una pérdida de 5-6 millones de kilos. El ajo español se ha exportado mucho, a Brasil entre otros países. En estos momentos, no hay ajo en los almacenes.

En cuanto a los sectores ganaderos, hay que decir que la distribución de las precipitaciones ha sido muy irregular y ha afectado de manera desigual a las distintas regiones de nuestra comunidad autónoma. Hasta el otoño la producción de pastos no fue del todo mala, pero la falta de lluvias en los últimos meses ha mermado el desarrollo de la hierba y ha ralentizado el nacimiento de los forrajes de siembra. El pasto presente en campo escasea y si las precipitaciones no evolucionan de manera favorable, la rentabilidad de las explotaciones ganaderas se verá seriamente afectada en los próximos meses, ante la obligación de los productores de aumentar la suplementación en alimentación con el consiguiente incremento del gasto.

En cuanto a los mercados, el que se refiere a la carne de ovino y porcino ibérico se ha mantenido estable, aunque en el caso de los corderos el precio para estas fechas no ha evolucionado tan favorablemente como cabría esperar por el aumento del consumo en Navidad. En el caso del vacuno, los precios en general han estado muy ajustados y a partir del verano vienen acumulando un ligero descenso. Los ganaderos esperan la recuperación para el próximo año siempre que no el consumo no se vea afectado por el reciente informe de la OMS sobre los efectos para la salud del consumo excesivo carnes rojas.

El sector lácteo no atraviesa su mejor momento. En el caso de la leche de cabra, un sector con amplia representatividad en Andalucía (produce por encima del 40% del total nacional), inició el año con una bajada histórica de precios, que se logró estabilizar a partir de la primavera (de 14 a 11 pesetas por extracto quesero). Aún así, la remuneración actual percibida por el litro de leche se sitúa muy por debajo de la que obtenían los cabreros en la anterior campaña. El sector se encuentra expectante ante la evolución del año próximo, pues en caso de mantenerse la tendencia o si bajasen los precios, la rentabilidad de las explotaciones se vería seriamente comprometida.

Debemos destacar la difícil situación por la que atraviesa el vacuno de leche, un sector estratégico para la alimentación. Los vaqueros sufren importantes pérdidas económicas desde finales del año anterior, con cotizaciones de la leche muy ajustadas a los costes de producción y en muchas ocasiones sin llegar a cubrirlos. La crisis ha venido motivada por un cúmulo de factores entre los que hay que resaltar la desaparición del sistema de cuotas lácteas que regulaba la producción de leche de vaca en Europa y los desequilibrios en las relaciones comerciales entre ganaderos e industrias y distribución.

En cuanto a la apicultura, la campaña fue mala, con una muy baja producción en toda Andalucía. En líneas generales se puede hablar de unas pérdidas en torno a un 50-60% de la cosecha respecto a un año medio, con algunas zonas en las que prácticamente no se han llegado a usar los extractores. En el caso del polen, el resultado ha sido aún peor, dándose una campaña escasa o directamente nula en la mayoría de las zonas productoras. La actual situación de falta de lluvias y altas temperaturas no favorece la formación de la piña invernal y augura un problema en las floraciones tempranas como el romero. El mercado de la miel está paralizado, los operadores no ofertan compras y, si lo hacen, es a la baja a pesar de la mala campaña. El sector espera que se agilice la gestión de la ayuda agroambiental, pues sigue sin saber nada de la tramitación para llegar a una resolución que aclare quien está dentro de la ayuda.

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