Pese al incremento de cosecha, España no podrá compensar la caída de la producción mundial del aceite de oliva de la campaña 2018/19

Cuando han transcurrido ya los dos primeros meses del inicio oficial de la campaña de recolección de aceituna de molino queda aún por molturar el 95,4% de toda la cosecha. Un verano suave, que retrasó la maduración de la aceituna, y un otoño más lluvioso de lo normal han ralentizado la recolección de la aceituna de molino y, en consecuencia, la molturación de la aceituna y la llegada de los nuevos aceites a los lineales.

Tal como se expuso ayer en la XXVI Jornada de Olivar que ASAJA-Sevilla celebró en La Puebla de Cazalla, la campaña olivarera viene marcada por un notable retraso y una importante reducción del rendimiento graso de la aceituna,  que de media es inferior en un 2% al que se obtuvo en la pasada campaña. Una circunstancia que podría llevar a revisar los aforos iniciales a la baja.

La jornada, patrocinada por la Fundación Caja Rural del Sur, y organizada con la colaboración de Pellenc, Brandt, Syngenta, ASEGASA y la Cooperativa Nuestra Señora de Las Virtudes SCA,  fue inaugurada por el alcalde del Ayuntamiento de La Puebla de Cazalla, Antonio Martín, el secretario general de la Consejería de Agricultura, Rafael Peral,  el presidente de la Cooperativa Agraria Ntra. Señora de las Virtudes, S.C.A., Antonio Candil, y el presidente de ASAJA-Sevilla, Ricardo Serra.

En el encuentro se analizaron, entre otros, asuntos, la marcha de la campaña olivarera, la situación de los mercados internacionales de aceite de oliva y las negociaciones sobre la reforma de la PAC.

El jefe del Servicio de Estudios de la Consejería de Agricultura, Juan Bascón, que expuso el aforo elaborado por la Consejería de Agricultura, indicó que a 1 de diciembre, transcurridos dos meses del inicio oficial de la campaña de recolección, tan sólo se habían obtenido 61. 755 toneladas de aceite de oliva en España, un 4,6% de la producción prevista por el Ministerio de Agricultura, que asciende a 1.598.900 toneladas, una producción que, pese a ser superior en casi un 27% a la de la pasada campaña, resultará insuficiente para compensar la caída de producción que experimentarán el resto de países productores.

Este dato fue puesto también de manifiesto por el director adjunto del Consejo Oleícola Internacional (COI), Jaime Lillo, quien destacó que en la campaña 2018/19 la producción mundial de aceite de oliva se situará en 3.131.000 toneladas, un 5,5% menos que la pasada campaña, como consecuencia de la drástica caída de la producción en Italia, Grecia, Túnez, Turquía y Portugal, entre otros.

Tal como puso de manifiesto el responsable del COI, “España producirá en esta campaña el 50% de todo el aceite de oliva que se obtenga en el mundo”. Lo que supone una muestra clara del liderazgo de nuestro país en este producto. Un liderazgo que se está trasladando también a los mercados, puesto que España es ya el principal abastecedor de EE.UU. (el principal importador de aceite de oliva del mundo, que importó 322.000 toneladas la pasada campaña), de China y de Japón.

Cambio en las tendencias de consumo

Tanto Jaime Lillo como el secretario general de Agricultura, Rafael Peral, apuntaron al cambio en las tendencias de consumo que se vienen produciendo a nivel mundial. En los últimos años el consumo crece en los nuevos países consumidores, mientras que se estanca o decrece en los países consumidores tradicionales, y todo indica que esta será la tendencia en los próximos años, por lo que el responsable del COI incidió en “la necesidad de hacer las cosas muy bien para que estos nuevos productores mantengan la confianza en el aceite de oliva de España, país que copa el 37% de todas las exportaciones mundiales, seguido de Italia, que copa el 26% y de Túnez (12%), Turquía (6%)  y Portugal (5%)”.

En la jornada se abordaron también asuntos agronómicos, y tuvo un lugar destacado el lamento de los agricultores ante la falta de productos fitosanitarios para combatir las plagas y las malas hierbas. Un asunto especialmente preocupante en una campaña con un inicio tan lluvioso como la actual, tal como puso de manifiesto el responsable técnico de Syngenta, Juan Trigos, quien tras analizar las materias activas que quedan en el mercado para combatir las malas hierbas destacó la idoneidad del flazasulfuron, la materia activa del Terafit, un herbicida de alta persistencia, seguro para el medio ambiente y para la calidad del aceite y que ofrece muy buenos resultados en el control de las malas hierbas más frecuentes en el olivar, especialmente en el periodo de post-emergencia temprana.

Tras la intervención de Trigos tomó la palabra el jefe de los Servicios Técnicos de ASAJA-Sevilla, Antonio Caro, quien realizó una  descripción de las medidas propuestas por la Comisión Europea de cara a  la próxima reforma de la PAC post 2020  e informó sobre el estado actual de  los trabajos  de las distintas instituciones implicadas en las  negociaciones  de esta reforma, el Consejo de Ministros y el Parlamento Europeo.  A este respecto, Antonio Caro  destacó la incertidumbre actual sobre la fecha de entrada en vigor de la nueva PAC  que,  con toda probabilidad,  se verá retrasada, especialmente, por la dificultad de llegar a un acuerdo plenario del Parlamento Europeo antes de las próximas elecciones europeas y por el retraso en la adopción del nuevo marco financiero  para la UE.

En cualquier caso, Caro hizo hincapié en que el retraso de la entrada en vigor hasta 2022 o 2023 conllevaría el mantener hasta entonces las normas actuales, si bien, con el presupuesto nuevo que se adopte en el marco de las negociaciones presupuestarias del nuevo marco financiero para  el periodo 2021 / 2027.