El GO Climafarm logra descenso de temperatura en naves de ganado vacuno con la que se consigue una mayor productividad de leche
El bienestar animal así como un mayor rendimiento en cantidad y calidad han sido parte de los objetivos de este proyecto que ha contado como socios a COVAP, CETEMET, Keyter, Universidad de Córdoba y Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía

El consorcio formado por la cooperativa COVAP, Cooperativa Ganadera del Valle de Los Pedroches, la empresa Keyter Technologies, el centro tecnológico Cetemet, la Universidad de Córdoba – UCO- y Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, ha presentado en Córdoba los resultados del trabajo realizado por el Grupo Operativo Climafarm, nacido con el objeto de crear un sistema de climatización sostenible para la mejora de las condiciones térmicas y de calidad de aire en las naves de ganado.
Alejandro Rodríguez Pascual, director general de la oficina de transferencia del conocimiento de la UCO y Antonio Blanco, director general de Keyter han inaugurado la jornada.
Por parte de la UCO se ha destacado la importancia de este proyecto en un momento en el que el bienestar animal adquiere mayor protagonismo y en el que el cambio climático es una realidad que ya pocos pueden discutir. Por su parte, Keyter ha manifestado que “este proyecto es el primer paso de lo que se espera que sea una próspera relación entre el sector ganadero y la industria del frío”.
El proyecto, apoyado sobre datos científicos que avalan que el bienestar del ganado vacuno de leche y su rendimiento productivo están íntimamente relacionados con las condiciones ambientales de las instalaciones donde se ubica, ha hecho posible la puesta en marcha experimental de un prototipo pensado para mantener condiciones óptimas de temperatura, humedad y calidad del aire dentro de las instalaciones ganaderas y asegurar así el confort de los animales durante todo el año.
Para ello, tras el estudio preliminar de la nave objeto de los ensayos y la mejora de la instalación eléctrica pre-existente, se colocaron dos unidades de climatización y un conducto de impulsión textil conectado a cada una de ellas de forma que el aire incidiera directamente sobre las vacas, generando una distribución uniforme del mismo y evitando las fluctuaciones térmicas que tanto influyen en la producción de leche.
Se instalaron, también, sensores ambientales, de calidad del aire y de humedad y temperatura ambientales. La modificación de los cerramientos laterales con cierto grado de opacidad para reducir la incidencia directa del sol y aislar parcialmente del aire exterior el habitáculo puso el punto final a estas primeras acciones.
Hecho esto, se procedió al monitoreo de los animales con la finalidad de evaluar, de forma objetiva, el impacto de la implantación del prototipo de climatización sobre su productividad, bienestar y comportamiento fisiológico.
Para ello, se llevó a cabo una comparación continua entre un grupo control (sin intervención) y un grupo de prueba (con sistema de climatización implantado), empleando herramientas tecnológicas y métodos de seguimiento estandarizados.
La producción de leche, el consumo de agua, la ingesta de materia seca, los índices de temperatura y humedad, así como el control del estrés por calor a través de la frecuencia respiratoria, alteraciones en la rumia y cambios en la producción, fueron las variables tenidas en cuenta.
Resultados obtenidos
Según ha dado a conocer el consorcio que conforma el Grupo Operativo Climafarm, la implantación del sistema ha permitido una mejora observable en el ambiente interior de la nave, con descensos significativos en la temperatura en la zona de descanso y valores de CO₂ y NH₃ dentro de los umbrales recomendados para bienestar animal.
Alberto Jurado, responsable de ingeniería rural e instalaciones ganaderas de COVAP ha hablado del impacto del proyecto en el confort térmico animal, explicando que las vacas se agrupan buscando los sitios más frescos cuando tienen estrés por calor, quedándose junto a los bebederos y bebiendo más cantidad de agua, una forma muy poco eficiente de autorefrescarse que, además, genera más purines. El proyecto ha intentado evitar estas actitudes y generar un entorno fresco y agradable que aumente los rendimientos del animal.
Alberto Adamuz, técnico de I+D de Cetemet ha explicado cómo se ha desarrollado el proyecto y ha desmenuzado sus diferentes fases, repasando sus objetivos y la metodología seguida.
Miguel Galisteo, responsable de I+D+I de Keyter ha resaltado cómo se implementó el prototipo de climatización que, en sus palabras, «al principio despertó inquietud porque no sabíamos qué reacción tendrían las vacas a ese nuevo elemento y al ruido que hacía. Sin embargo, lo tomaron muy bien». También ha diseccionado, de forma técnica, el uso de la maquinaria empleada, datos de consumo, etc…
La evaluación energética y ambiental del sistema ha correspondido a José Luis Sánchez, investigador de la UCO mientras que las tareas llevadas a cabo en lo que a difusión se refiere fueron expuestas por la técnica de comunicación de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Ana María López.
Este proyecto ha tenido como pilar fundamental su compromiso con la sostenibilidad, ya que, al disminuir la dependencia de fuentes de energía no renovables y minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero, se alinea con los objetivos globales de desarrollo sostenible y lucha contra el cambio climático.
Además, la automatización de las actividades ganaderas y agrícolas con tecnología 4.0 reducirá el consumo energético y sacará el máximo rendimiento del sistema, haciendo la ganadería mucho más sostenible y rentable.
El Grupo Operativo Climafarm está financiado a través de los Fondos Europeos Agrícolas de Desarrollo Rural (FEADER) y cofinanciado por la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía en la convocatoria para el Funcionamiento de Grupos Operativos Regionales de la Asociación Europea de Innovación en Materia de Productividad y Sostenibilidad Agrícola (EIP AGRI) de 2022.
El GO AgroFert impulsa un bioestimulante innovador para reducir el uso de fertilizantes químicos y mejorar la sostenibilidad agrícola

En un contexto agrícola caracterizado por el uso de fertilizantes de síntesis química y de abonos, nació el Grupo Operativo Agrofert, que llega a su fin con la satisfacción de unos resultados que hablan por sí solos.
Así, y con el objetivo de reducir el impacto ambiental relacionado con la actividad agraria sustituyendo los citados insumos por biofertilizantes, los miembros de este equipo de trabajo formado por investigadores del CSIC –Consejo Superior de Investigaciones Científicas-, Agroquivir y Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía pusieron en marcha un proyecto que ha girado en torno a la capacidad bioestimulante de un nuevo producto.
Se trata de una mezcla de aminoácidos en combinación con N-metilglicina, esto es, un producto intermedio y un subproducto -en la síntesis y degradación de la glicina- con efecto protector en la planta. Una explicación para versados en la materia que se traduce, en lenguaje común, en la aplicación de una sustancia que favorece los procesos biológicos de los cultivos mejorando su desarrollo, su productividad y su resistencia ante factores externos.
Así, la aplicación de este bioestimulante innovador formulado a partir de aminoácidos modificados, que actúan positivamente tanto sobre la planta como sobre los microorganismos del suelo, ha demostrado efectos significativos en la resistencia de los cultivos frente a situaciones de estrés abiótico, como la sequía o las altas temperaturas, además de mejorar la actividad microbiana en la rizosfera, preparando mejor a las plantas para afrontar condiciones adversas.
Durante el estudio, desarrollado en la zona del Bajo Guadalquivir, el producto ha sido ensayado en diversos cultivos representativos de distintas estaciones y sistemas de producción: trigo y remolacha (cultivos de invierno), algodón y tomate (cultivos de verano), y olivo (cultivo perenne). En todos los casos, el uso del bioestimulante no solo ha aumentado la producción del cultivo, sino que además ha permitido una reducción del aporte de nitrógeno necesario para alcanzar rendimientos óptimos.
En el caso concreto del tomate de mesa, se ha observado un adelanto en el ciclo de producción y un mayor rendimiento, lo que representa una ventaja competitiva en términos de calendario de comercialización y de rentabilidad para el agricultor. Tanto en este cultivo como en el de algodón, la mejora se sitúa en torno al 25-30% respecto a la del año precedente, en el que las plantas se trataron con fertilizantes químicos.
Estos resultados respaldan el potencial de este bioestimulante como una herramienta eficaz dentro de las estrategias de agricultura sostenible, permitiendo reducir el uso de fertilizantes nitrogenados y, con ello, minimizar el impacto ambiental de la actividad agrícola.
Agrofert se posiciona, así, como un ejemplo de innovación aplicada al campo, con soluciones reales para los retos actuales de la agricultura: sostenibilidad, eficiencia y resiliencia frente al cambio climático.
No hay que olvidar tampoco el aspecto económico, ya que el uso de este tipo de sustancias contribuiría a paliar los costes de producción, dada la actual dependencia de las importaciones de fertilizantes, algo que se ha hecho patente, por ejemplo, con el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, que ha disparado los precios de los nutrientes agrícolas.
Cambios en el entorno
El área del Bajo Guadalquivir demanda formas de producción más cuidadas, más respetuosas y, ante todo, más adaptadas a la normativa europea. Los biofertilizantes son productos que en muchos casos están producidos por los propios micoorganismos del suelo o incluso por las plantas, es decir, son más naturales, de modo que su implementación tendrá una serie de beneficios para la zona, como son la reducción de la huella de carbono y de la dependencia de recursos externos, así como el aumento de la salud del suelo y de la calidad de los alimentos – sobre todo de zanahorias y tomates-.
De igual forma protegerá medioambientalmente la región, que se encuentra en riesgo por la contaminación con nitratos, posiblemente debido al uso excesivo de fertilizantes químicos, que son arrastrados y pueden contaminar los cuerpos de agua, así como afectar negativamente la fauna y la flora silvestres.
El Grupo Operativo AgroFert está financiado a través de los Fondos Europeos Agrícolas de Desarrollo Rural (FEADER) y cofinanciado por la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía en la convocatoria para el Funcionamiento de Grupos Operativos Regionales de la Asociación Europea de Innovación en Materia de Productividad y Sostenibilidad Agrícola (EIP AGRI) de 2022.
Fuente: Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía