Los viticultores de Montilla-Moriles, preocupados por que la plaga de mildiu afecte a sus cosechas

Los viticultores de la zona de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles se encuentran preocupados por el hecho de que toda la superficie de viña de la zona se encuentra afectada por la plaga de mildiu, que podría afectar gravemente a sus cosechas.

Desde Asaja Córdoba, se afirma que, en caso de que lloviera unos 10 litros de agua en los próximos 14 días, la producción quedaría totalmente perjudicada ya que este hongo tendría aún más facilidad de propagarse por todas las plantaciones.

Y es que la presencia del mildiu en las plantas depende de determinadas condiciones climatológicas vinculadas con la existencia de unos mayores niveles de humedad en el ambiente. Las copiosas lluvias registradas durante el pasado mes de marzo y en las tres primeras semanas de abril contribuyeron a la germinación de las esporas invernantes que originan las primeras manchas de mildiu.

Las primeras señales se observaron durante la pasada Semana Santa, concretamente, en los días 14 y 15 de abril y a finales del pasado mes se detectó una segunda generación de manchas, lo que supone que aparecen más signos de infección en la hoja, de modo que, si no se actúa con rapidez, los racimos terminan secándose, lo que redunda en una reducción de la cosecha.   

Para hacer frente a esta plaga, es necesario tener las viñas protegidas por lo que es recomendable tratar inmediatamente el mildiu con penetrantes o sistémicos, aunque si llueve en los próximos días la cosecha se perdería totalmente.

Comienza la campaña del ajo con mayor calidad del producto

El presidente de la Sectorial del Ajo de Asaja, Miguel del Pino, ha informado del comienzo de la recogida y el arranque mecanizado del ajo en la provincia de Córdoba en una campaña en la que se espera una mayor calidad del producto.

La previsión inicial de superficie de ajos sembrados estaba en torno a las 1.000 hectáreas, una superficie muy similar a la del año pasado, pero la mitad que hace dos cosechas; ya que en 2024 disminuyó la superficie sembrada en más de un 50 por ciento respecto a la temporada anterior por la falta de agua.

Sin embargo, el dato final es que solo 400 hectáreas se han destinado este año a este cultivo y el motivo es que su siembra se produce a finales de otoño y durante el invierno. Explica que, en ese momento, la situación era muy distinta a la actual, ya que “había mucha incertidumbre al no haber seguridad de contar con agua”, por lo que los productores cordobeses optaron por otros territorios cercanos donde sí existía esa certeza, como es el caso de las provincias de Sevilla y de Málaga y, sobre todo, en Castilla La Mancha, teniendo en cuenta que el cultivo del ajo requiere una inversión anual muy cuantiosa, entre los 12.000 y los 13.000 euros anuales por hectárea.

De este modo, la superficie se ha reducido en gran medida, muy lejos, por tanto, de las 9.000 hectáreas que alcanzaba el ajo en las décadas de los 80 y los 90 del siglo pasado.

 Igualmente, como pasa con muchos más cultivos, en los últimos años ha disminuido notablemente la rentabilidad debido al fuerte incremento de los costes, lo que también contribuye a la pérdida de superficie en los últimos años. A ello, igualmente han ayudado las limitaciones impuestas desde la Unión Europea para el uso de determinados productos fitosanitarios, afirma Del Pino.

 Sobre los precios, no parece factible una caída cuando es muy probable que siga habiendo una escasa producción, si bien el pago final depende de muchos factores, incluida su presentación y la calidad, pero una media razonable estará en torno a los 4,5 euros por cada kilo.

Fuente: Asaja Córdoba