UPA Andalucía y ASARE valoran unas dotaciones de riego que mejoran algo, pero que aún se quedan lejos de una campaña normal

El vicesecretario general de Desarrollo Rural y Agua de UPA Andalucía y vicepresidente de ASARE, Roque García, y la responsable jurídica de UPA Andalucía, Pilar Prieto, asisten a la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, donde muestran su preocupación por los recortes previstos a pesar de la mejora registrada en los embalses gracias a las últimas lluvias, y piden que se tengan en cuenta criterios sociales y de supervivencia de los cultivos para un mejor reparto del agua en la campaña de regadío.

Conscientes de la crítica situación de la Cuenca, UPA Andalucía y la Asociación Andaluza de Regantes (ASARE) han valorado las dotaciones de riego aprobadas por la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). Unas dotaciones de riego que mejoran algo, gracias a las últimas precipitaciones registradas que han permitido aumentar la cantidad de agua embalsada en la actualidad, pero que se quedan todavía lejos de una campaña de regadío normal. “Hemos salido más positivos de lo que estábamos hace unos meses.

Las aportaciones a los pantanos ha sido importante y eso permite mejorar las dotaciones, pero aún es necesario que llueva en la primavera para encontraremos ante una campaña de riego normalizada”, explica el vicesecretario general Desarrollo Rural y Agua de UPA Andalucía y vicepresidente de ASARE, Roque García, quien ha participado en la Comisión de Desembalse junto a la responsable jurídica de UPA Andalucía, Pilar Prieto, y a la secretaria general de UPA Sevilla, Verónica Romero.

Una Comisión de Desembalse que ha constatado la mejora de nuestros embalses gracias a las últimas lluvias registradas, pero que con todo aprueba unas dotaciones restrictivas. ”Se ha aprobado un desembalse de 1.010 hectómetros cúbicos en la Cuenca del Guadalquivir, con una dotación máxima de 4.000 metros cúbicos frente a los 6.000 de una campaña normal, lo que representa una reducción del 33% frente al 88% sufrido el año pasado. Esa es una buena noticia, pero necesitamos que siga lloviendo”, afirma Roque García.

Es un escenario más positivo que el del año pasado, porque el olivar, por ejemplo, tiene 1.125 metros cúbicos por hectárea cuando en la campaña anterior sólo se aprobaron 400, lo que representa un importante incremento en las dotaciones.

También es clave para el arroz, porque de llevar una campaña sin poder cultivar y las anteriores con muchas restricciones por falta de agua, por ejemplo en 2022 sólo pudieron sembrar un 33% de la superficie, en esta ocasión habrá 264 hectómetros cúbicos, lo que permitirá a muchos arroceros realizar la siembra, aunque se quedará muy lejos de una campaña normal”, afirma Roque García.

Aún así, UPA Andalucía y ASARE muestran su “enorme preocupación” por la situación de sequía que seguimos sufriendo en el campo, por lo que solicitan a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que cuando llegue la campaña de riego, entre el 25 de abril y el 30 de septiembre, se tengan en cuenta criterios sociales y de supervivencia de los cultivos a la hora de repartir el agua.

“Creemos fundamental que el reparto no solo sea proporcional entre los territorios que conformamos la Cuenca, sino que se atiendan otras cuestiones de índole social y para garantizar aquellos cultivos que puedan sacar adelante las cosechas”, concluye el vicesecretario general de UPA Andalucía.

Fuente: UPA Andalucía