La Fundación Savia pide garantizar la no contaminación de los productos ecológicos con nuevas técnicas genómica (NGTs)

El proyecto de resolución del Parlamento Europeo respecto a las nuevas técnicas genómicas (NGTs en inglés) es contrario a la opinión de la mayoría del sector ecológico español y europeo.  El uso de estás técnicas hace “imposible rastrear los alimentos libres de NGTs debido a que no existen actualmente medios para poder identificarlos”, expresa la Fundación Savia en una misiva remitida al Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. Afirman que esto “iría en contra de las expectativas de los consumidores ecológicos y no ecológicos de poder consumir lo que realmente deseen”.

De manera técnica, expresan que el uso de NGTs repercutiría negativamente desprotegiendo el material genético de uso agrícola en variedades adaptadas al sistema de producción ecológico. Consideran necesario que “estos criterios se incluyan en la legislación europea sobre NGTs a nivel general y no en el Reglamento específico de Producción Ecológica [Reglamento (UE) 2018/848] tal y como se está proponiendo por parte de algunas instancias para cerrar el asunto de una forma inadecuada en nuestra opinión”.

Savia asegura que las medidas para el control de uso de NGTs establecidas son insuficientes, pues únicamente se tienen en cuenta las semillas, sin tener en cuenta el resto de la cadena de suministro que eviten mezclas involuntarias. Consideran necesario establecer medidas que eviten las mezclas “involuntarias”. Además, también debería dejar a los Estados miembro de la UE establecer medidas específicas de coexistencia, incluyendo aquella que pueda prohibir el uso de esta técnica.

La entidad presidida por Francisco Casero también estima importante “tener en cuenta los costes intrínsecos para garantizar la no contaminación de los productos ecológicos con NGTs, no debiendo ser este coste asumido por los productores ecológicos y otros productores que no quieren NGTs en ningún caso”.

Finalizan diciendo que el uso de esta técnica tal y como se propone en el proyecto del Parlamento Europeo provocaría un daño al sector ecológico “dificultando el objetivo de la Unión Europea de alcanzar en 2030 el 25% de la superficie agraria útil en Europa en Producción Ecológica, los objetivos de reducción de fitosanitarios y los de incremento de la biodiversidad”. 

Fuente: Fundación Savia