Miles de personas se manifiestan en distintos municipios del Estado español para unirse al grito global de “¡Descarbonización ya!”

Manifestación a favor de la descarbonización

La emergencia climática, evidenciada por olas de calor, sequías sin precedentes, incendios inapagables, el calentamiento de los océanos y lluvias torrenciales en distintos puntos del planeta, tiene unas consecuencias cada vez más graves a nivel humanitario, climático y económico.

Por ello, estas organizaciones exigen a la comunidad internacional tomar medidas urgentes con el fin de limitar el incremento de la temperatura global por debajo de 1,5º C en la próxima cumbre climática organizada por Naciones Unidas el 20 de septiembre en Nueva York.

En este marco, Alianza por el Clima y Fridays for Future–Juventud por el Clima, con el apoyo de más de 70 organizaciones y plataformas, entre ellas Ecologistas en Acción, han liderado la manifestación principal en Madrid, así como las que se han llevado a cabo en muchas ciudades del mundo, donde una “marea negra” ha recorrido las calles simbolizando el necesario abandono de los combustibles fósiles.

El último informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático ha sido claro a la hora de establecer que, de no tomarse medidas inmediatas, antes de que termine esta década se habrá superado el límite de 1,5 ºC y se estará muy cerca de los 2ºC.

A pesar de que los fenómenos meteorológicos extremos están mostrando las enormes consecuencias humanas, sociales y económicas (sequías, inundaciones, pérdidas de cosechas…), los gobiernos están muy lejos de fijar una reducción compatible con las indicaciones científicas y, mucho menos, de señalar a los combustibles fósiles como uno de los principales problemas climáticos a combatir.

Ante una dejación de funciones a nivel internacional como esta, así como ante la gran responsabilidad que ha recaído sobre el Gobierno del Estado español al presidir el Consejo de la UE en un contexto de crisis climática que pone en riesgo a toda la humanidad, pero especialmente a las personas, zonas y colectivos más vulnerables, los colectivos convocantes exigen:

  1. Una descarbonización mundial rápida e inmediata, que afecte a todos los sectores productivos, atendiendo a los principios de justicia social y económica, enfrentando así la desigualdad que se manifiesta entre clases sociales, así como entre los denominados Sur y Norte global.
  2. Que sea el Norte global quien asuma su responsabilidad histórica en el proceso de descarbonización y ponga fin a las relaciones neocoloniales con el Sur global.
  3. Ningún paso atrás en materia de política climática en nuestro territorio. Macroproyectos fósiles como la regasificadora de El Musel no tienen cabida en este escenario de descarbonización, necesitamos leyes y normas climáticas más ambiciosas para afrontar la emergencia.
  4. Un régimen de incompatibilidades que ponga freno a los intereses fósiles y de las grandes empresas contaminantes. No podemos permitir ni normalizar que Emiratos Árabes Unidos, organizador de la próxima COP28, designe como presidente de la cumbre al jefe de su petrolera estatal (ADNOC). Es incomprensible que los Estados permitan que los intereses de las petroleras sigan participando en las mesas de negociación climática.

Poner fin de una forma definitiva a los combustibles fósiles es la única forma de garantizar un futuro para la humanidad. Existen las soluciones técnicas, sociales y legislativas necesarias para afrontar este reto de la descarbonización, la reducción neta del consumo de energía, a través de medidas que pongan en marcha una transición hacia un modelo de sociedad sostenible dentro de los límites del planeta.

“Poner fin a los combustibles fósiles y nucleares es el primer paso para una transformación justa, rápida y definitiva de nuestra forma de vida”, señala Javier Andaluz Prieto, responsable de Clima y Energía en Ecologistas en Acción.

Andaluz añade: “Seguimos observando como los intereses de las grandes empresas se sientan en las mesas de negociación, como muestra el reciente nombramiento de Hoekstra, extrabajador de Shell, como próximo responsable de la política climática de la UE. Una muestra más de la cercanía de las grandes empresas al poder, mientras se desoye a la ciudadanía y se malgasta el escaso tiempo que nos queda para enfrentar la emergencia climática”.

La crisis climática es una crisis de desigualdad. La redistribución de la riqueza, el avance de la democracia participativa y un decrecimiento económico planificado y socialmente justo son los pilares fundamentales de esta necesaria transición, que solo será posible si va de la mano de la protección de los ecosistemas naturales y de los derechos humanos.

Fuente: Ecologistas en Acción