Cuidados claves para conservar el suelo de la dehesa
En la actualidad, el desarrollo tecnológico hace que sea fácil y barato alterar profundamente el suelo por ello urge concienciar de la responsabilidad que tenemos para evitarlo e informar de las cuestiones que debemos tener en cuenta para llevar a cabo una gestión cuidadosa con el suelo:
· Evitar la erosión
La pendiente es el factor que en mayor medida condiciona el riesgo de erosión hídrica, por lo tanto el laboreo debe utilizarse solo cuando sea estrictamente necesario y no realizar roturaciones en parcelas con pendientes elevadas y mucho menos en el sentido de la pendiente.
· Impedir la pérdida de su materia orgánica
Se trata de la fuente principal de nutrientes y por el papel que tiene en el control de la humedad, por lo que no se debe descuidar las tareas de conservación de las paratas y balates que soportan los bancales, siendo esto una obligación establecida en la normativa en materia de condicionalidad. Si se descuidan y se destruyen estas estructuras, se perderá el suelo fértil de su parcela.
· Conservar su estructura
Mantener y ajustar el número de cabezas de ganado acorde con la disponibilidad de recursos de la explotación: ni excesivamente alto, ni tan escaso que implique la invasión del pastizal por vegetación poco apetecible para el ganado. Por lo tanto, es aconsejable mantener cierto grado de cobertura de matorral que permita una estructura en mosaico de la dehesa y que ayude a la renovación del arbolado al permitir el desarrollo bajo protección de las plántulas de encina o alcornoque. Tampoco se debe utilizar el laboreo como medio de desbroce y en general es conveniente evitar el uso de maquinarias pesadas.
· Utilizar eficientemente su fertilidad
En este sentido, es preferible aplicar prácticas como pueden ser alargar la vida del barbecho, barbecho mejorado, rotación de cultivos o redileo (recoger al final de cada jornada el ganado ovino en rediles móviles o portátiles, y trasladar estos sucesivamente a diferentes sitios dentro de la finca).