Profesionales de la sanidad vegetal analizan el futuro del sector en el Symposium Nacional celebrado en Sevilla
Con el lema “Aportando soluciones” comenzó la 13ª edición del Symposium de Sanidad Vegetal, que se celebró del 28 al 30 de enero en Sevilla. Más de 900 personas asistieron a esta cita destacada dentro de lo que algunos denominan la “medicina del campo” que organiza cada dos años el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Andalucía Occidental. Mónica Muñoz, presidenta del Symposium, destacó que se cumplen tres décadas desde que se inició la andadura de este evento, y se ha convertido en una cita ineludible en el mundo de la sanidad vegetal. Un punto de encuentro donde los profesionales intercambiaron conocimientos sobre los nuevos avances tecnológicos para la aplicación de las directivas y reglamentos de uso sostenible de fitosanitarios.
La apuesta por la sanidad vegetal se considera fundamental para el desarrollo de la agricultura en Andalucía. “Un buen estado sanitario del cultivo –aseguró en el acto de inauguración la Consejera de Agricultura Pesca y Desarrollo Rural, Elena Víboras– no sólo afecta al rendimiento de la producción, sino también a la calidad de los productos que se obtienen y su valor en el mercado, lo que significa que afecta directamente a la economía de nuestros agricultores».
Al respecto, Víboras recordó que en Andalucía, «como primera potencia agrícola, tenemos muy en cuenta la sanidad vegetal, pues en un mercado cada vez más global, y con la influencia del cambio climático, las amenazas son más numerosas y los riesgos mayores», por lo que resaltó la importancia y la obligación de gestionar bien las plagas y enfermedades de los cultivos, primero de forma preventiva y, posteriormente, con un control adecuado. Según datos de la consejería, Andalucía cuenta con más de 554.000 hectáreas en producción integrada y más de 806.000 en producción ecológica, “lo que nos sitúa como la primera comunidad autónoma de España en producción sostenible”, apuntó la titular de Agricultura.
De esta manera, uno de los grandes pilares del foro fue la Gestión Integrada de Plagas (GIP). El presidente del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas (Coitand), Antonio Vergel, explicó que la GIP “ha complementado y enriquecido la prescripción tradicional de un fitosanitario para cada problema, con otras técnicas más respetuosas con el medio ambiente y la salud de las personas”. Una de las novedades del encuentro fue la presentación de 6 Guías de Gestión Integrada de Plagas, como la del Olivar o de los Cereales, elaboradas, destacan los organizadores, para una correcta implementación de la gestión integrada, de carácter obligatorio desde el 1 de enero de 2014.
El Symposium también se convirtió en una plataforma para las principales empresas del sector de fitosanitarios. Bioibérica, Bayer CropsScience, Sipcam Iberia, BASF, Syngenta, Lida Plant Research y Agriphar Iberia presentaron en ponencias comerciales sus nuevos productos y avances tecnológicos para el control de plagas y enfermedades.
Otra de las grandes protagonistas de las jornadas fue la innovación tecnológica aplicada a la agricultura. Antonio Vergel aseguró que nuevas tecnologías como el dron o la teledetección «han venido para quedarse y van a ser nuevas herramientas para poder detectar, para la prevención e incluso poder hacer los métodos más eficaces, pues se usarán menos productos fitosanitarios”.
El campo andaluz lleva un amplio recorrido en la aplicación de los requisitos para la utilización de productos de fitosanitarios. El esfuerzo profesional en la investigación y el desarrollo del tratamiento de las plagas, vaticinan desde el sector, serán claves para llegar la eficiencia de la producción y conseguir que todos los tratamientos sean cada vez mejores. En este sentido, se destacó que la comunidad ya cuenta con 4.000 asesores y 200.000 agricultores con carnet de uso de estos productos.
Se calcula que un 30% de la producción teórica actualmente cultivada se pierde por los ataques de plagas y enfermedades. La sanidad vegetal, aseguran los expertos, se enfrenta a varios retos de futuro. Una regulación más clara y sencilla de los fitosanitarios, el manejo de las nuevas tecnologías de la información o el cumplimiento de las guías de gestión integrada de plagas, son algunos de ellos.
