La imposición de aranceles al arroz de Camboya y Birmania permitirá incrementar los envíos a la UE y recuperar los precios

La aplicación de aranceles al arroz procedente de Camboya y Birmania, tras la reciente aprobación de la cláusula de salvaguardia, permitirá incrementar las exportaciones de arroz español y recuperar los precios, aunque también provocará un cambio de los flujos comerciales y, previsiblemente, un incremento de las importaciones de arroz de los países de Mercosur.

Este fue uno de los mensajes que trasladó ayer a los arroceros sevillanos la subdirectora General de Cultivos Herbáceos e Industriales y Aceite de Oliva del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Silvia Capdevilla, quien participó en la XVIII edición del Día del Arroz, un encuentro organizado en la finca Isla Mínima (La Puebla del Río) por ASAJA-Sevilla y la Federación de Arroceros de Sevilla.

El encuentro fue inaugurado por el alcalde de La Puebla del Río, Manuel Bejarano; el alcalde de Isla Mayor, Juan Molero; la delegada territorial de Agricultura, Mª Isabel Solís; el presidente de la Federación de Arroceros de Sevilla, Mauricio Soler, y el secretario general de ASAJA-Sevilla, Eduardo Martín, quienes recordaron que Sevilla es la primera provincia productora de arroz de España, el 44% de todo el arroz nacional sale de las 38.000 hectáreas que se cultivan en las marismas del Guadalquivir, donde es la principal fuente de empleo y riqueza. El arroz genera 150 millones de euros anuales, por lo que se trata de un cultivo que, tal como concluyeron todos los participantes en la mesa inaugural, debemos mimar y proteger. 

El incremento de plagas en el arroz y las dificultades para atajarlas en tierras de marisma en la que no es posible recurrir a la rotación de cultivos fue uno de los principales asuntos de análisis de las conferencias técnicas del que se ocuparon el director de desarrollo de BASF, Alex Navarro, y el responsable técnico de Cultivos Herbáceos de Syngenta para España y Portugal, Miguel Ángel Clavijo. No obstante, y tal como puso de manifiesto  el director-gerente de la Federación de Arroceros de Sevilla, Manuel Cano, el problema de las plagas en los cultivos no es exclusivo de Sevilla, otras zonas productoras de España y otros países europeos, como Grecia, están encontrando muchos más problemas para controlarlas.

El director de desarrollo de BASF, Alex Navarro, expuso la experiencia  BASF 2.0 en el arroz, una propuesta desarrollada por esta empresa en su centro de I+D de Utrera desde el que se ofrece una atención a la carta para que los agricultores puedan adelantarse a las malas hierbas y conocer, antes de la siembra, con que variedad de mala hierba se van a encontrar en sus tierras y cuál es el herbicida más eficaz para tratarlas.

Por su parte, el responsable técnico de Cultivos Herbáceos de SYNGENTA para España y Portugal, Miguel Ángel Clavijo, presentó el fungicida Amistar Top, desarrollado por esta empresa para el control de la Pyricularia y del Heminthosporium orizae, los dos hongos que más pérdidas han causado a los arroceros sevillanos en las últimas campañas ante la falta de tratamientos eficaces.

A continuación, el jefe de inspección de Ayudas Directas de la Consejería de Agricultura, Víctor Ortiz, quien informó sobre las nuevas tecnologías de control por satélite para las inspecciones y anunció que ya en la presente campaña la Consejería de Agricultura se va a apoyar en los datos aportados por el satélite  Sentinel 2 para controlar el pago básico y el cumplimiento de la normativa en el cultivo del algodón.

La CE responde a las demandas de ASAJA-Sevilla y la Federación de Arroceros

Por último intervino la subdirectora General de Cultivos Herbáceos e Industriales y Aceite de Oliva del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Silvia Capdevilla, quien informó sobre las consecuencias positivas que tiene para el sector la  imposición de aranceles al arroz de Camboya y Birmania. Una demanda de ASAJA y la Federación  de Arroceros de Sevilla que ha encontrado eco en la Comisión Europea y ha concluido en la aprobación de la cláusula de salvaguardia que proteja al arroz europeo de las importaciones de grano índica de estos dos países que hasta ahora estaban exentos del pago de cualquier tipo de derecho arancelario, lo que había provocado el incremento brutal de las importaciones de estos dos países que se han multiplicado por 40 en cinco años, al pasar de las 9.000 toneladas de 2012 a las 360.000 de 2017.

Tal como puso de manifiesto Silvia Capdevilla, “como consecuencia de estas importaciones, España había visto reducida su cuota de exportación al mercado europeo en 90.000 toneladas, ha sufrido en los dos últimos años una reducción de los precios de mercado del arroz índica de un 10% y, como consecuencia de ello, ha perdido 22.000 hectáreas de cultivo al pasar de las 122.000 de 2012 a las 104.00 de 2018”.

Pese a que la aplicación de los aranceles es aún muy reciente, puesto que el Reglamento de Ejecución 2019/67 que impone las medidas de salvaguardia se publicó el pasado 17 de enero, ya empiezan a notarse sus efectos. En Italia ya se han incrementado los precios del arroz índica y en España tal como indicó Silvia Capdevilla “esperamos que ya en esta campaña de comercialización se incrementen las exportaciones a la UE, se recuperen los precios y se reduzcan los stocks”.

La responsable ministerial anunció también la posibilidad que se abre para la promoción del cultivo, pues “la UE pone a disposición del sector arrocero una partida de 2,5 millones de euros para campañas de promoción con el requisito principal de que las lleven adelante, de manera conjunta, dos Estados miembros”.

Clausuró el encuentro el presidente de la Caja Rural del Sur, José Luis García Palacios, quien propinó un tirón de orejas a aquellos políticos europeos que “legislan para el campo desde la distancia y con frecuencia con mucho desconocimiento y cierta inconsciencia, pues se olvidan de que su alimentación diaria depende por entero de los agricultores y ganaderos”.  Ante este escenario, abundó García Palacios, “es más importante que nunca llevar la voz del campo a Bruselas, algo que organizaciones como ASAJA y la Federación  de Arroceros, saben hacer muy bien”.