Asaja: «Es necesaria una mayor implicación de las Administraciones para la extensión de la agricultura de conservación»

El Teatro Cerezo de Carmona ha acogido esta mañana la celebración de la XXXV Jornada de Cultivos Herbáceos de ASAJA-Sevilla, en la que han participado 200 agricultores. La Jornada, titulada “Los Cultivos Extensivos de la Campiña en el contexto de la futura PAC, Cambio Climático y Sostenibilidad” se ha celebrado, gracias al patrocinio de la Fundación Caja Rural del Sur, en el marco del Proyecto LIFE Climagri, y ha contado con la colaboración de Syngenta, la Asociación Europea de Agricultura de Conservación-Suelos Vivos, ECAF, IFAPA y el Ayuntamiento de Carmona. En el encuentro se han analizado las propuestas para la futura PAC, el cambio climático y la mejora de la sostenibilidad en los cultivos extensivos de las campiñas andaluzas.

Asimismo, como ejemplo de integración de medidas de mitigación y adaptación al cambio climático en la agricultura, se han presentado algunos de los principales resultados del proyecto LIFE Climagri, en el que, con la coordinación de Asociación Española de Agricultura de Conservación–Suelos Vivos, ASAJA-Sevilla viene trabajando desde 2014 en colaboración el IFAPA, la Universidad de Córdoba y la Federación Europea de Agricultura de Conservación (ECAF). En este contexto, el proyecto LIFE Climagri está demostrando la viabilidad de la agricultura de conservación en las campiñas andaluzas, con medidas de mitigación y adaptación al cambio climático, confirmando que es posible reducir emisiones y aumentar la capacidad del suelo como sumidero de carbono, al tiempo que se aumenta la eficiencia de los recursos hídricos y la resiliencia de los cultivos mediante estrategias de escape al estrés hídrico y a las altas temperaturas.

La Consejería de Agricultura demanda al MAPA una ayuda asociada al trigo duro

La jornada ha sido inaugurada por la secretaria general de la Asociación Española de Agricultura de Conservación–Suelos Vivo e investigadora del IFAPA, Rafaela Ordoñez; el presidente de ASAJA-Sevilla, Ricardo Serra, y el delegado provincial de la Consejería de Agricultura, Segundo Benítez, quien ha asegurado que “en la Consejería somos conscientes de los bajos precios a los que se están pagando los cereales y ante esta situación, hemos pedido al Ministerio de Agricultura una ayuda asociada para el trigo duro para la próxima campaña”.

Tras la inauguración el coordinador de los Servicios Técnicos de ASAJA-Sevilla, Antonio Caro, ha abierto el turno de intervenciones, y ha expuesto a los asistentes las propuestas legislativas de la Comisión Europea de cara a la nueva PAC, que confirman el importante papel que tendrán la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, puesto que la futura PAC fomenta y apoya prácticas agrícolas adaptadas al cambio climático y condiciona las ayudas a la implantación de prácticas medioambientales y climáticas, que serán además la referencia para otras prácticas voluntarias más ambiciosas.

Buenas prácticas agrícolas y experiencias del proyecto Climagri

A continuación, la investigadora del IFAPA Alameda del Obispo Rafaela Ordoñez ha explicado las buenas prácticas agrícolas que pueden llevarse a cabo frente al cambio climático, integrando estrategias de adaptación y mitigación.

Posteriormente el coordinador técnico del proyecto LIFE Climagri, Óscar Veroz, ha hecho balance de dicho proyecto y ha informado sobre algunas de las experiencias en los cultivos extensivos del Valle del Guadalquivir.

Tras su intervención, el responsable de asuntos corporativos de Syngenta, Germán Canomanuel, ha abordado la mejora de la productividad y de la biodiversidad agrícolas. Tal como expuso, “la opinión pública desconoce la agricultura pero opina, y parece que hoy en día hay una corriente contraria al uso de fitosanitarios, pero se ha demostrado que la agricultura intensiva y productiva puede coexistir perfectamente con la fauna y la protección de la naturaleza; esto es posible y desde Syngenta, en colaboración con los agricultores y organizaciones agrarias como ASAJA, lo estamos haciendo”. “La agricultura trabaja para darnos de comer tres veces al día, pero también para mejorar la biodiversidad”, añadió.

German Canomanuel presentó el proyecto global de Syngenta “The Good Growth Plant”, un proyecto auditado por compañías externas con el que se ha conseguido implantar en los últimos años un millón de hectáreas de márgenes multifuncionales en Europa, 40.000 de ellas en Sevilla.

Mesa Redonda

A continuación se ha celebrado una mesa redonda, donde se han expuesto las  experiencias de agricultores de distintas zonas de Andalucía y Castilla La Mancha que acumulan varias décadas intentando aunar rentabilidad y sostenibilidad mediante el sistema de agricultura de conservación. Han intervenido en dicha mesa Juan José Pérez, agricultor y asesor técnico; y los agricultores e ingenieros agrónomos Pedro Maestre, Miguel Barnuevo y José de la Puerta.              

La mesa ha estado moderada por el coordinador del proyecto LIFE Climagri en ASAJA-Sevilla, José Fernando Robles, quien ha expresado su deseo de que “la experiencia y la metodología del proyecto LIFE Climagri sean una buena base para el diseño de nuevas medidas e iniciativas nacionales y europeas sencillas y de fácil aplicación por los agricultores, que sirvan para mejorar la sostenibilidad de la actividad agraria y su papel en la lucha contra el cambio climático, desde un enfoque realista y que ayude a mejorar la rentabilidad de las explotaciones”.

Todos los ponentes concluyeron en que es fundamental una mayor implicación de las Administraciones públicas en la siembra directa con la implantación de más campos demostrativos, con incentivos para los agricultores que se inicien en este sistema, con mayores esfuerzos para divulgar los beneficios de esta técnica y con su inclusión en los planes de estudio en las escuelas de agrónomos. El agricultor tiene que ver para creer, y la agricultura de conservación da muy buenos resultados con muy poca inversión, pero al agricultor hay que enseñárselo, por lo que la Administración debe hacer un mayor esfuerzo para incentivarla y divulgarla.

Campaña de cereales: buena producción, malos precios

Finalmente, el responsable técnico de la sectorial de cultivos herbáceos de ASAJA-Sevilla, José Vázquez, ha presentado el análisis de superficies y producciones y la situación de mercado en el sector de los cereales y las oleaginosas. Una vez finalizada la recolección del trigo en la provincia de Sevilla, Vázquez ha denunciado “los bajos precios a los que se está pagando, entre un 15 y un 20% inferior a los de la campaña pasada, y concretamente hace dos campañas, en el mes de octubre de 2015, la tonelada cotizaba a 390 euros”.

Para Vázquez “no hay razones objetivas que justifiquen estos bajos precios en origen, que se sitúan en niveles de hace 25 años, pues la media de proteínas, aunque ligeramente más baja que otros años en el trigo duro, en esta campaña está prácticamente en un 12% de media” y  considera que “se están vertiendo informaciones sesgadas de que esa cifra es bastante inferior”, por lo que es fundamental el análisis de los trigos. En resumen, la calidad no está siendo compensada con precios y en las circunstancias actuales va a haber un diferencial importante en precio a favor de las calidades más altas. No obstante, Vázquez aseguró que ya se aprecian repuntes de precios en todos los cereales aunque el incremento de estos precios de momento es moderado pero firme. De hecho, como informó Vázquez, “ya la Lonja de Cereales de Sevilla, en su sesión de hoy, incrementa en 5 euros /tonelada el precio de los trigos”. Por otra parte, puso de relieve que los precios del trigo blando están superando por primera vez los del trigo duro.

En este sentido desde ASAJA-Sevilla se considera una buena práctica que los agricultores almacenen su cosecha en instalaciones propias y en las cooperativas para ir comercializándola  de manera ordenada a lo largo de toda la campaña, conforme los precios se vayan recuperando. El mercado internacional justifica esta apreciación, ya que la cotización del grano es mayor. En Francia, por ejemplo, ha expuesto Vázquez, el trigo duro cotiza en sus lonjas entre 215/218 euros la  tonelada. “Esa será la referencia para las exportaciones que se avecinan y que irán aumentando en los próximos meses para bastecer los mercados tradicionales”, ha asegurado el técnico de ASAJA-Sevilla.

Respecto a las estimaciones de cosecha de ASAJA-Sevilla para esta campaña son de una producción media-alta, con un rendimiento medio bastante bueno, gracias a la primavera lluviosa y a las suaves temperaturas registradas. No obstante la rentabilidad del cultivo es relativa, ya que para cubrir los costes de producción, que se sitúan en una media de 650 euros de por hectárea de trigo duro, se necesitaría un rendimiento mínimo de 3.500 kilos por hectárea, explicó Vázquez. El rendimiento es distinto según la zona y oscila entre los 3.300 y los 5.000 kilos por hectárea. Así, por ejemplo, se han obtenido entre 3.500/4.500 kilos por hectárea en zonas de Campiña y en torno 3.000 en algunas zonas de la Sierra Sur.

En trigo duro se estiman 373.660 toneladas en Sevilla (382.000 en 2017), unas 822.000 en Andalucía (842.700 en la campaña anterior) y 1.250.000 toneladas a nivel nacional (1.159.000 toneladas en la pasada campaña).

En trigo blando, como ha expuesto José Vázquez,  ASAJA-Sevilla estima 174.000 toneladas en la provincia de Sevilla (157.400 toneladas en la anterior), 340.000 en Andalucía (286.100 cosechadas en la anterior) y 5.500.000 toneladas a nivel nacional (3.828.000 en la pasada campaña).

En cuanto a la superficie, como ha señalado Vázquez, los altos costes del cultivo del trigo, junto a los bajos precios del mercado, han hecho caer la superficie de trigo duro en un 15% en Sevilla, pasando de unas 116.000 hectáreas cultivadas en 2017 a 99.000 ha en 2018 y “lamentablemente, prevemos que, con estos precios, las siembras continuarán descendiendo”.

En Andalucía se ha pasado también de 268.300 hectáreas de trigo duro en la pasada campaña a 234.800, y a nivel nacional, la cifra cultivada ha bajado de 424.300 hectáreas a 389.600.

En el caso del trigo blando, la superficie cultivada continúa también perdiendo peso en la provincia, donde se ha pasado de las 46.600 hectáreas sembradas en 2017 a 43.500 hectáreas en 2018; y de 91.300 hectáreas cultivadas en la pasada campaña en Andalucía se ha pasado a 89.000.