ASAJA y UPA califican de inaceptable e imposible el recorte del presupuesto agrario propuesto por la Comisión Europea

ASAJA considera inaceptables las medidas propuestas por la Comisión Europea para el próximo Marco Financiero Plurianual que implican un recorte del 5 % de cara al próximo presupuesto de la PAC y otro recorte del 4 % en pagos directos.  Por si fuera poco, el cálculo de estos presupuestos de la futura PAC se ha hecho mediante precios corrientes, lo que resulta engañoso puesto que no tiene en cuenta la inflación, variable ésta fundamental a la hora de calcular presupuestos para desarrollar políticas.

Desde ASAJA, no entendemos cómo en un momento en que la renta agrícola se sitúa muy por debajo de la media del resto de los sectores económicos, la Comisión Europea  (CE) propone una bajada del 4 % de los pagos directos. Se trata de un auténtico despropósito, máxime si se quiere hacer atractiva la incorporación de jóvenes al sector agrario.

Con este injustificado recorte propuesto por los servicios de la CE queda en entredicho que se puedan alcanzar los retos a los que se enfrenta la agricultura europea en la actualidad, como son producir más con menos; respetar el medio ambiente; fijar y generar empleo; y desarrollar las zonas rurales más desfavorecidas. Europa está en un momento de liderazgo en los compromisos medioambientales, como vimos tras la firma de la COP21, y esta bajada de presupuesto podría suponer una desaparición de la ambición mostrada para conseguir una agricultura más sostenible. Además, retos como la seguridad alimentaria –para no depender de terceros países-; la lucha contra el despoblamiento rural o los objetivos de las Naciones Unidas para conseguir un desarrollo sostenible también quedan en cuarentena.

UPA califica de “imposibles” las pretensiones de la Comisión Europea con el presupuesto de la PAC

A los agricultores y ganaderos españoles no les salen las cuentas. La Comisión Europea pretende acometer un recorte de más de 40.000 millones para los próximos seis años en la Política Agraria Común. Al mismo tiempo, los objetivos de esta política son producir cada vez más, con normas más estrictas y con menores protecciones a los agricultores y ganaderos. Algo que es, para la organización agraria UPA, “sencillamente imposible”.

Para el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, la Unión Europea “quiere que seamos los agricultores y ganaderos, una vez más, los paganos de despropósitos históricos como el Brexit, o que asumamos los incrementos de presupuesto para frenar a las personas que quieren entrar en Europa”. Sin embargo, esto es “una trampa”, afirma, ya que la PAC “no es una política para los agricultores, sino para toda la sociedad”. La PAC permite que disfrutemos de los alimentos más sanos, más variados, más seguros y de más calidad del mundo. Y para que pueda seguir cumpliendo sus objetivos debe tener un presupuesto fuerte y unos objetivos claros”, ha descrito Lorenzo Ramos. “Los agricultores y ganaderos españoles no vamos a admitir el recorte que ha planteado la Comisión”, ha asegurado Ramos, a la par que ha instado al Parlamento Europeo y al Consejo de la UE a oponerse a esta propuesta. “Nos tendrán enfrente”, ha sentenciado.

Menos PAC significa menos Europa

La Política Agraria Común es, desde su creación, uno de los pilares de la construcción europea. Sin embargo, ha ido perdiendo peso reforma tras reforma. Con esta última propuesta que acaba de conocerse, la PAC supondría apenas el 30% del presupuesto europeo, cuando en sus orígenes significaba más del 50%. La propuesta quiere recortar también intensamente los llamados fondos de cohesión y los destinados al desarrollo rural, que son los que deben servir para frenar uno de los principales retos demográficos a los que se enfrenta Europa: el despoblamiento de las zonas rurales.

Todos queremos una Europa más sostenible, más respetuosa con el medio ambiente, con una economía fuerte y diversificada. Cargarse la PAC no parece el mejor camino para alcanzar estos objetivos”, han señalado desde UPA, organización que cree que este recorte perjudicaría especialmente a los pequeños y medianos agricultores y ganaderos, haciéndoles más vulnerables frente a las grandes corporaciones.