El enfoque de UPA Andalucía para afrontar el cambio climático en la agricultura

Es indudable que el agro andaluz es un sector socio-económico estratégico por su volumen de facturación, exportaciones, empleo y motor de la economía rural que debemos proteger, vigilar y potenciar ante los efectos del cambio climático, porque tal y como indica el secretario general de UPA Andalucía, Miguel Cobos, “sin agricultores no hay alimentos ni se mantiene vivo el medio rural”.

Desde esta perspectiva, Cobos ha añadido que, “los elementos clave que debe incluir cualquier estrategia que tenga en cuenta el cambio climático en la agricultura son por un lado una adecuada planificación hidrológica, y por otro, la potenciación de modelos agrarios sostenibles”.

Los regadíos agrícolas constituyen a días de hoy de una manera generalizada una fuente de riqueza frente a los secanos tradicionales ya que, con carácter general, un cultivo de regadío multiplica por seis un cultivo de secano en valor de la producción agraria, además de suponer un incremento del valor añadido, y lo que es más importante, un factor que socialmente implica empleo y un freno al despoblamiento de nuestro medio rural.

UPA señala que es necesaria una planificación hidrológica en el ámbito de todo el territorio andaluz, que debe tener entre sus ejes prioritarios los siguientes: la culminación de los procedimientos de modernización de regadíos mejorando las infraestructuras existentes, la redistribución de los recursos, la revisión de oficio de las concesiones de agua adaptando las dotaciones a la realidad existente, la utilización de aguas regeneradas y desaladas, el fomento del ahorro en el uso del agua a lo que ayudaría la tarificación volumétrica  pagando el agua efectivamente consumida, y la ampliación de regadíos sostenibles que suponga desarrollar una gestión eficaz y socialmente justa del uso del agua.

Desde UPA Andalucía rechazan de plano además el mercadeo que se lleva a cabo con el agua a través de los contratos de cesión de derechos de uso del agua, ya que en la asignación de recursos no deben primar criterios de mercado, sino sobre todo criterios sociales y de uso del territorio. Para ello, UPA aduce que “es fundamental fomentar los ‘bancos públicos del agua’, de tal manera que sirvan de instrumentos para reasignar el agua con criterios de transparencia, equidad, eficiencia y sostenibilidad”.

En la organización agraria son conscientes de que ya existen efectos en nuestra agricultura motivados por el cambio climático (incremento de temperaturas, escasez de agua, adelantamiento de cosechas, etc.) que se van a ir acentuando en los próximos años, y que sus consecuencias van a causar sin duda pérdidas de rentabilidad a los agricultores y ganaderos.

Por este motivo, el secretario general de UPA Andalucía apunta que se precisan innovaciones que mejoren la agricultura sostenible, aumenten la productividad y los ingresos, y contribuyan a hacer frente a los desafíos del cambio climático. Para ello, Miguel Cobos indica que “deben reforzarse metodologías y prácticas participativas que combinen los conocimientos y prácticas tradicionales de los agricultores familiares con nuevas tecnologías, estudios de investigación e innovación y servicios de asesoramiento, teniendo siempre a la formación como un instrumento indispensable para conseguir dichos objetivos. Es necesario además favorecer los productos, los servicios y las actividades en los distintos sectores que contribuyan a una economía descarbonizada, reconociendo la función que ejercen los cultivos permanentes, las praderas y las dehesas en la absorción de CO2”.

Finalmente, Cobos propone impulsar el uso de energías renovables en el sector agrario, así como fomentar la agricultura ecológica y diversificada, potenciando la biodiversidad y apoyando los canales cortos de comercialización y las infraestructuras alternativas de venta minorista, desarrollando nuevos indicadores para los sistemas alimentarios sostenibles, así como una estrategia para apoyar la ganadería extensiva, local y de calidad.

En definitiva, desde UPA Andalucía señalan que se debe de caminar hacia un modelo productivo más inteligente, sostenible e integrador, aprovechando tradición, tecnología, investigación e innovación.