El sector pesquero califica de absurdo e impreciso el documento hecho público por Oceana sobre la descarbonización de la flota

Según el sector, demuestra, una vez más, el “profundo” desconocimiento de la complejidad de su actividad, tanto desde un punto de vista social como económico, y alerta sobre las consecuencias en los consumidores de la progresiva radicalización medioambientalista de este tipo de grupos, presentes en las instituciones europeas

El sector pesquero, representado por la Confederación Española de Pesca (CEPESCA), califica de absurdo e impreciso el documento “Una vía para la descarbonización del sector pesquero en 2050”, hecho público por Oceana.

A juicio de los pescadores, el informe demuestra, una vez más, su “profundo” desconocimiento sobre la realidad de un sector altamente complejo, tanto desde un punto de vista social como económico, y alerta sobre las consecuencias que puede tener en los ciudadanos europeos la progresiva radicalización medioambientalista de este tipo de grupos, presentes en las instituciones europeas y cuyo único objetivo, en el caso de la pesca, apunta, es la erradicación de la actividad pesquera europea.

En este sentido, el sector manifiesta que la pesca es una actividad global y que un debilitamiento progresivo de la capacidad y potencial pesquero europeo va a provocar que el pescado se convierta en un alimento de lujo para grupos privilegiados de población y dejará en manos de países terceros, básicamente asiáticos, el abastecimiento de esta proteína para el resto de la población, proveniente, curiosamente, de pesquerías no controladas y al margen de cualquier tipo de regulación, tanto medioambiental como social.

A juicio del sector, el informe presentado hoy, lejos de defender el reto de la descarbonización de la flota pesquera europea con rigor y apostando por el asesoramiento de expertos y científicos, hace un planteamiento simplista, generalizando la realidad de esta actividad y sin tener en cuenta el trabajo, los esfuerzos y los logros que el propio sector pesquero ya ha conseguido en este ámbito.

Además, y según el sector, el documento refleja claramente su estrategia, “en la que lleva invirtiendo varios millones de euros en los últimos años”, de demonizar a artes de pesca como el arrastre de fondo y de “vender” las bondades de las Áreas Marinas Protegidas (AMP).

Según Javier Garat, secretario general de Cepesca y presidente de Europêche, “Europa es un proyecto de convivencia que se caracteriza por dar cabida a multitud de sensibilidades, pero para conseguirlo es necesario, al margen del sentido común, inteligencia y conocimiento. Por lo tanto –agrega Garat–, confiamos en el poco peso que planteamientos como los expuestos en este documento deben de tener en el proyecto europeo”.

Así, y según manifiesta el sector a modo de ejemplo, las gráficas de consumos por litro sólo pueden ser calificadas como “absurdas” invalidando cualquier desarrollo posterior porque las pesquerías son muy especializadas y cada una va dirigida a especies determinadas en caladeros específicos, con rendimientos diferentes y técnicas de pesca concretas. Por lo tanto, apunta el sector, carece de sentido tratar de compararlas directamente desde un único punto de vista.

Por otra parte, el sector recuerda que ya ha reducido ostensiblemente sus emisiones desde 1990, como publicó en un documento sobre la descarbonización de la flota. De hecho, y según los datos analizados y comunicados por la UE desde la firma del Acuerdo de Kioto de 1992, el sector ha reducido casi a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero frente a las de 1990, año base para los acuerdos sobre el cambio climático.

La flota ha disminuido igualmente una media del 59 % la potencia de los motores en comparación con ese mismo año y las nuevas tecnologías aplicadas han permitido un crecimiento continuo de su eficiencia energética (ratio proporcional del combustible utilizado para realizar sus capturas).

Además, el sector también apunta la reducción permanente de la flota europea, que actualmente tiene operativos 65.000 buques (75 % con menos de 12 metros), frente a o 81.600 en 2018 y 103.800 en 1996. En este sentido, llama la atención sobre un hecho lógico que el informe de Oceana convierte en ataque: la flota pesquera española es la más consumidora de combustible puesto que es la más importante del conjunto de la UE, tanto en términos de capacidad (GTs) como de capturas.

Al margen de esta realidad, el sector lamenta que el informe no tenga en cuenta que lleva años trabajando e implantando nuevas tecnologías para la optimización energética de su actividad tanto en lo que se refiere al diseño y materiales de los aparejos de pesca, como para la digitalización de procesos como, por ejemplo, el uso de Inteligencia Artificial (IA) para mejorar la planificación de rutas que permite ahorros de combustible de hasta un 8 %, y en un procentaje similar el de emisiones de CO2 a la atmósfera.

El sector cree que estas mejoras, nacidas a instancias de los propios pescadores, podrían ser el punto de partida para abordar una transformación energética de la actividad pesquera frente a planteamientos alejados de la realidad.

La CE debería crear un Comité de expertos

Como ha expuesto el sector a la Comisión Europea (CE), abordar la descarbonización de la flota comunitaria de manera eficaz y objetiva exige analizar las posibilidades reales del uso de combustibles verdes y fuentes de energía neutros en carbono en los buques pesqueros. Esto debe hacerse teniendo en cuenta factores como el desarrollo tecnológico actual de estos combustibles, la existencia de infraestructura de suministro, la financiación para abordar estos cambios, la seguridad a bordo o la necesidad de modificar el tamaño de los buques para albergar nuevas formas de propulsión.

De hecho, y según el sector, la realidad indica que el día en que los desarrollos tecnológicos den resultados y las nuevas fuentes de energía estén disponibles, será necesario construir nuevos buques para poder utilizarlos.

Sobre este particular, el sector considera que las actuales limitaciones de capacidad de los buques que fija la Política Pesquera Común (PPC) obstaculizan este objetivo y son contradictorias con la estrategia de la UE para abordar esta transición energética.

Definir la estrategia de transición energética del sector pesquero y acuícola, que está prevista para finales de 2023, requiere además precisar el año de referencia para medir las reducciones adecuadamente, así como considerar los ahorros de combustible y, consecuentemente, de reducción de emisiones (entre un 5 % y un 50 %, apunta) que implica la optimización de la gestión pesquera. Por todo ello, el sector solicita a la CE que cree un grupo de expertos (científicos, ingenieros navales y expertos de la industria) para asesorar sobre las diferentes alternativas disponibles e identificar las óptimas para cada arte, caladero y segmento de la flota.

Este grupo, sobre el que el sector se pregunta por qué no se ha constituido hace ya años por parte de la CE, deberá resolver y recomendar qué vías escoger ante el hecho de que los combustibles del futuro de los que se está hablando (hidrógeno, amoniaco, metanol, LNG o electricidad) no se producen ni transportan en cantidad suficiente hoy en día, tampoco se distribuyen en los puertos ni pueden ser usados en los buques actuales.

De hecho, las estimaciones previas indican que los nuevos buques necesitarían un 40 % más de GT (tonelaje bruto, por sus siglas en inglés) para poder almacenarlos, y algunos de ellos son peligrosos y producen derivados que son tóxicos y que dañan a la capa de ozono (gases de efecto invernadero).

Por último, cabe resaltar que Cepesca lleva ya varios meses formando parte de la Plataforma para la Promoción de los Ecocombustibles, junto con muchas otras organizaciones sectoriales y empresas, con el fin de promover el biodiesel, un combustible renovable, limpio y de origen natural, usado ya en vehículos terrestres, marinos y aéreos.

Este ecocombustible reduce considerablemente las emisiones, puesto que el CO2 que se capta en el proceso industrial de generación se compensa con el que se produce en la combustión, con lo que sus emisiones netas son nulas.

Fuente: Cepesca