«La UE no es como la pintan», nueva campaña de Ecologistas en Acción para la Presidencia española del Consejo de la UE

Durante el segundo semestre de 2023, España ostenta la Presidencia del Consejo de la UE. En este tiempo se producirán encuentros en el territorio español entre los gobernantes de los países miembros y  el Gobierno español ejercerá la moderación en las negociaciones que se lleven a cabo.

La publicidad institucional afirma que la UE es un espacio de paz, solidaridad, libertad, democracia, seguridad y protección ambiental. Sin embargo, Ecologistas en Acción denuncia que la realidad es todo lo contrario.

Para la organización ecologista, aludir a la paz a la par que se envían armas a Ucrania y se incita a los países a aumentar su presupuesto militar muestra la hipocresía del discurso de la UE.

La guerra de Ucrania es consecuencia de una agresión por parte de Rusia, pero también resultado de la política expansionista de la OTAN, de la que la mayoría de los Estados de la UE forman parte. Y así como no ha dudado en sancionar a la Rusia de Putin, ha pasado de soslayo ante los crímenes perpetrados por EEUU (en Irak), Arabia Saudí (en Yemen), Israel (en Palestina) o Turquía (en Kurdistán).

  • Ecologistas en Acción denuncia que la UE es intrínsecamente insostenible, injusta y antidemocrática, y se suma a las movilizaciones de protesta que tendrán lugar durante el semestre de Presidencia española.
  • La organización ecologista defiende a la Europa solidaria de los pueblos frente a la UE de los negocios.
  • Para salir de la crisis ecológica, social y económica hay que ajustar el modelo económico a los ciclos de la naturaleza y repartir la riqueza.

Ninguna solidaridad supone Frontex y las políticas migratorias, con las que los derechos humanos son sistemáticamente violados. Todo ello ha provocado que el mar Mediterráneo y sus fronteras se hayan convertido en una gran fosa común. Personas condenadas por haber nacido en países empobrecidos, entre otros factores, por las políticas colonialistas y comerciales de los Estados europeos y sus multinacionales.

Para este saqueo es clave la política exterior y el régimen comercial que impulsa la UE, con los tratados comerciales como el que se negocia con los estados del Mercosur. Las políticas comerciales han impuesto un modelo económico que separa el proceso productivo en zonas ricas tecnificadas y zonas empobrecidas de extracción, multiplica el capital financiero, concentra la riqueza y beneficia a las multinacionales.

Aunque los fondos europeos Next Generation EU han desviado temporalmente la atención de las políticas de recortes sociales, se ha dejado claro que se trata de una situación coyuntural que caducará próximamente para retomar la senda de la ortodoxia neoliberal, que los propios fondos incrementan la deuda pública para fomentar beneficios privados. Todo ello incide en el aumento de las desigualdades sociales en el seno de la UE.

Según Ecologistas en Acción, la propia estructura de la UE plantea un enorme déficit democrático. Instituciones con gran peso como la Comisión Europea o el Banco Central Europeo no son elegidas por la población. En cambio, las instituciones europeas son muy accesibles a los grupos de presión empresariales.

La lógica de la reproducción del capital y de los mercados que tiene por motor la UE entra en absoluta contradicción con la lógica de los cuidados, que tiene como finalidad sostener la vida. Esto favorece que las tareas de cuidados queden cada vez más precarizadas y su peso siga recayendo sobre las mujeres.

La UE se está mostrando incapaz de cumplir con las indicaciones de la ciencia para mantener el incremento de la temperatura por debajo de 1,5 °C. En un momento en el que los países deberían cumplir estas indicaciones del Acuerdo de París, la UE se limita a publicar una valoración general, sin desarrollar mecanismos que obliguen a una reducción anual de las emisiones de acuerdo con las indicaciones científicas.

La nueva taxonomía de la UE considera la energía nuclear y el gas fósil como actividades medioambientalmente sostenibles. Ni son energías limpias, ni generan independencia energética (la UE tiene que importar el gas y el uranio), ni protegen el clima. Además, la apuesta por el gas está generando la aparición de proyectos inviables, como el H2Med o la apertura de la regasificadora ilegal de El Musel.

La hiperdigitalización, incluida en el Pacto Verde Europeo, se  aleja de la sostenibilidad. Lejos de ser “inmaterial”, la economía digital tiene una inmensa huella ecológica y fomenta un acceso desregulado a los datos personales y técnicas sofisticadas de control social.

La incapacidad de la UE para realizar una adecuada planificación de la sustitución de las tecnologías fósiles y, sobre todo, de la imprescindible reducción del consumo energético está generando enormes problemas. La implantación de las energías renovables está controlada por las grandes empresas energéticas, que ponen en riesgo importantes espacios naturales y a numerosas comunidades rurales.

Además, esto está provocando la aparición de nuevas burbujas especulativas, como la del hidrógeno, que obvian priorizar la descarbonización de los procesos industriales, o su desaparición, para poder garantizar el futuro social y ambiental. A todo esto se suma la incapacidad de la UE de tocar importantes sectores, como el vehículo privado, por la presión de las empresas del sector.

Ante la falta de ambición global, la UE ha representado internacionalmente la posición más ambiciosa en la lucha contra el cambio climático. Esta aparente política progresista se articula en paralelo con una relación colonial por la extracción de recursos energéticos y materiales de terceros países.

La UE se niega a reconocer la justicia climática y hacerse cargo de sus responsabilidades históricas, lo que implicaría dotar de recursos suficientes e incondicionados a los países del Sur global para que puedan hacer frente a las consecuencias de la emergencia climática.

A todo esto se suma un mercado energético articulado alrededor de oligopolios y generador de pobreza energética. Por otro lado, la Política Agraria Común (PAC) ha destruido la agricultura familiar y ha fomentado una agroindustria de alta densidad energética, grandes capitales y muy contaminante, que se ha vuelto uno de los principales impulsores de pérdida de biodiversidad y de cambio climático.

Ecologistas en Acción concluye que solo hay una fórmula para salir de la crisis ecológica, social y económica: ajustar nuestro modelo económico a los ciclos de la naturaleza y repartir la riqueza. Esto implica combatir las políticas orientadas al lucro y a la acumulación que promueve la UE.

Por todo ello, la organización ecologista promoverá durante la Presidencia española de la UE un proceso de movilización plural que confronte la Europa solidaria de los pueblos a la UE de los negocios. También perseguirá colocar la lucha contra la emergencia ecológica en el centro de todas las acciones y procesos negociadores. Para ello, participará e impulsará en todos los actos de protesta que se realizarán en todo el territorio con motivo de las reuniones de ministras y ministros.

En la web: www.ecologistasenaccion.org/295141

Fuente: Ecologistas en Acción